El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva se presenta en la sesión de inicio de un foro sobre la transición energética en Brasilia, Brasil, el miércoles 14 de agosto de 2024. (AP Foto/Eraldo Peres)
SAO PAULO.– El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva afirmó el jueves por la mañana que todavía no reconoce a su homólogo venezolano Nicolás Maduro como ganador de las elecciones presidenciales del mes pasado y que el mandatario de Venezuela podría convocar una nueva votación “si tiene sentido común”.
“A Maduro todavía le quedan seis meses de mandato. Es el presidente independientemente de las elecciones. Si tiene sentido común, podría convocar al pueblo de Venezuela, tal vez incluso convocar nuevas elecciones, crear un comité electoral y permitir que observadores de todo el mundo realicen un seguimiento”, subrayó Lula en una entrevista con Radio T.
Añadió que Maduro aún debe una explicación a los brasileños y al resto del mundo.
Poco después, en una conferencia de prensa virtual con medios argentinos y chilenos, la líder opositora venezolana María Corina Machado rechazó la propuesta de Lula.
“Se va a una segunda elección, si no le gustan los resultados, ¿Qué vamos a una tercera?”, dijo Machado. “Plantear desconocer lo que ocurrió el 28 de julio es un insulto al pueblo venezolano… Las elecciones ya ocurrieron”, agregó.
Brasil es, por mucho, la nación más grande de Sudamérica y comparte con Venezuela una de las fronteras terrestres de mayor magnitud. A diferencia de muchas otras naciones que ya han reconocido como ganador a Maduro o al opositor Edmundo González, los gobiernos de Brasil, Colombia y México han asumido una postura más neutral al no reconocer ni aceptar cuando las autoridades electorales de Venezuela declararon ganador a Maduro.
En un comunicado conjunto, los tres países llamaron al organismo electoral de Venezuela a que divulgue decenas de miles de actas electorales, que se consideran la prueba definitiva de los resultados.
Durante el gobierno de Lula, Brasil ha sido un importante mediador, incluso en el Acuerdo de Barbados, alcanzado en octubre, cuando el gobierno de Maduro y la oposición política llegaron a un convenio sobre una nueva elección que generó el alivio de las sanciones estadounidenses.
Celso Amorim, el asesor internacional más cercano a Lula y exministro de Relaciones Exteriores, viajó a Caracas en julio como observador de la elección. Al hablar ante una comisión del Senado la mañana del jueves, Amorim dijo que una nueva elección tendría que ser verificada de una forma sólida y robusta.
La ley venezolana permite una nueva votación siempre que el Consejo Nacional Electoral o las autoridades judiciales anulen una elección considerada fraudulenta o cuyo resultado haya sido imposible de determinar. La nueva elección deberá ocurrir en un plazo de entre seis y 12 meses en las mismas condiciones que la votación anulada y los mismos candidatos deberán aparecer en la boleta.
Dejando a un lado la logística, las leyes y los costos, una nueva elección será una arriesgada apuesta para Maduro y sus aliados, ya que la votación de julio y las consiguientes protestas mostraron que han perdido apoyo en todo el país, y para derrotar cómodamente a sus opositores ya no pueden depender de un cuadro de simpatizantes acérrimos, conocidos como “chavistas”, así como de los empleados públicos y otras personas cuyos negocios o empleo dependen del estado.
Machado indicó que la mejor opción para Maduro “es aceptar los términos de una transición negociada” luego de reconocer la victoria electoral de González y sostuvo que en la oposición ”estamos dispuestos a hacer un proceso de negociación con salvaguardas, garantías”.
Aunque las autoridades electorales declararon a Maduro ganador de la muy esperada elección, aún deben presentar un recuento detallado de los votos para respaldar su afirmación. Sin embargo, la oposición reveló que recogió actas de más de 84% de las 30.000 máquinas de votación electrónica en todo el país que muestran que Maduro perdió por un margen de más de 2 a 1.
Una revisión de las actas divulgadas, realizada por la AP, indica que González obtuvo significativamente más votos que los que el gobierno ha afirmado. El análisis arroja serias dudas sobre la declaración oficial del triunfo de Maduro.
La AP procesó casi 24.000 imágenes que representan los resultados de 79% de las máquinas de votación, que resultaron en tabulaciones de 10,26 millones de votos. Las actas procesadas también mostraron que González recibió más votos en 20.476 recibos en comparación con sólo 3.157 para Maduro.