La Victoria, Santo Domingo Norte.- Con una pequeña maleta en manos María Elena Beltrán salió de su hogar cuando apenas tenía 16 años para realizar sus sueños: Estudiar. Pero su vida dio un giro inesperado cuando se convirtió en madre de decenas de niñas, cuya concepción solo sucedió en su corazón.
Con lágrimas en su rostro, esta mujer de 62 años narra lo maravilloso que ha sido dedicarse a acoger niñas huérfanas, desamparadas o en pobreza extrema para brindarles un lugar donde se desarrollan de forma integral.
Por eso creó la Fundación Hogar de Niñas María de la Esperanza (Madelaes), un hogar que alberga niñas de dos años en adelante, con el objetivo de facilitarles un ambiente sano además de recibir una amplia formación humana, moral y cristiana.
Lo que en sus inicios significó para María Elena una revelación de la Virgen María, hoy es una realidad que a la fecha alberga a 42 niñas que sobre cualquier necesidad que les pudiera cubrir primero les ofrece su amor, protección y valores.
No obstante, de este hogar han salido más de 50 niñas, quienes en la actualidad han conformado sus familias y otras cursan estudios universitarios.
El 05 de octubre de 1995, María Elena no sólo abrió las puertas de su hogar sino también sus brazos para recibir a dos niñas huérfanas que resultaron ser las mismas que la virgen en sus sueños le había encomendado.
La noticia sobre la labor que realizaba esta mujer corrió rápidamente entre los moradores de la comunidad La Victoria y así empezaron a llegar a sus manos niñas en condiciones deplorables que necesitaban de su caridad.
A partir de ese momento, Madelaes decide acoger más niñas suministrándoles un hogar, alimentación, vestimenta, educación, salud y seguridad.
"Las niñas significan todo para mí, yo doy mi vida por ellas porque son niñas buenas, estudiosas y de verdad me siento feliz de educarlas", exclamó con regocijo.
