Macron y Le Pen vuelven al duelo en la segunda vuelta por el Elíseo

Macron y Le Pen vuelven al duelo en la segunda vuelta por el Elíseo

Macron y Le Pen vuelven al duelo en la segunda vuelta por el Elíseo

Kenia Del Orbe

Los resultados de las elecciones presidenciales francesas celebradas este domingo 10 de abril, confirmaron los pronósticos de las encuestas sobre la realización de una segunda vuelta electoral entre el candidato centrista-liberal Emmanuel Macron, que obtuvo un 27,84% de los votos y la candidata ultraderechista Marine Le Pen, que alcanzó el 23,15%.

Los resultados han marcado una abstención histórica en este tipo de comicios con un 26.31%, lo que sitúa la participación electoral en un 73.69%, la más baja desde el 2002, y confirma la debacle de los partidos tradicionales y el crecimiento de la ultraderecha.

El resultado más llamativo, penoso y devastador se lo lleva la candidata socialista y actual alcaldesa de París, Anne Hidalgo, que no llegó al 2% de los votos. Mientras que el izquierdista Jean Luc Mélenchon, candidato de Francia Insumisa, se resiste y queda en tercer lugar con un 21.95%.

La campaña electoral estuvo marcada por la guerra Ucrania-Rusia, en la que hemos visto a Macron presentarse como el “mediador del conflicto en Europa”, además de centrarse en un discurso reeleccionista de continuidad en el poder, ha incluido en su programa: “continuar la reducción del desempleo, la revalorización de las pensiones, aumentar la edad de la jubilación a los 65 años (medida que no ha caído muy bien), luchar contra el déficit fiscal, refuerzo de los controles fronterizos en la Unión Europea, construir más reactores nucleares”, entre otras.

Mientras Le Pen intentó desmarcarse de Vladimir Putin, después que había mostrado su admiración por él y de haber recibido financiación de bancos relacionados con el Kremlin, tal y como recogen algunos medios, y sumemos a esto la eliminación de más de un millón de folletos informativos de su partido, los cuales tuvo que destruir porque aparecía en una imagen con Putin que fue tomada en el 2017. Pero a pesar de todo esto, la candidata ultraderechista ha logrado el mejor resultado de su historia en una primera vuelta.

Está más que claro que el crecimiento de la ultraderecha en Francia se deben al descontento de una gran parte de la población, a la desconfianza hacia los partidos políticos tradicionales, a la crisis de la izquierda en el país, que no han sido capaces de ponerse de acuerdo para presentar una candidatura unificada, que hubiese resultado clave a nivel estratégico electoral. Estas y otras cuestiones ha aprovechado Le Pen para ganar confianza entre las y los electores. También le ha venido muy bien la imagen “más moderada” que ha estado trabajando en los últimos años.

Le Pen al igual que otros candidatos/as de la ultraderecha europea, ha centrado su discurso en: “la famosa identidad nacional, en fortalecer la cultura francesa, ya que entienden que la inmigración la ha fracturado, en establecer un orden con el restablecimiento del delito de estancia ilegal y mejorar la economía apoyando más a las empresas y bajando impuestos, etc.”.

Recordamos que justo en este espacio que tenemos en el periódico El Día, para las elecciones francesas del 2017 habíamos afirmado que: “está claro que las y los franceses han apostado al cambio del sistema político tradicional que ha protagonizado el país durante años”. Vemos que ahora se confirma una vez más. Pues Macron y Le Pen vuelven al duelo en la segunda vuelta electoral por el Elíseo, tal y como lo hicieron en el 2017.  

Ante una segunda vuelta electoral dentro de dos semanas (el 24 de abril), ahora toca movilizar el voto con mayor fuerza. Macron deberá centrarse en el voto útil y Le Pen seguirá su línea de presentarse como la “salvadora de la nación que viene a poner un supuesto orden”. Aunque lo tiene difícil la ultraderechista, porque con excepción del candidato ultraderecha Éric Zemmour, todos los candidatos que se presentaron en esta primera vuelta han manifestado su apoyo a Emmanuel Macron. En ese sentido, entendemos que el citado candidato centrista-liberal se quedará en el Palacio del Elíseo, ya que las y los franceses tendrán que votar una vez más por la candidatura menos mala.

*La autora es asesora en Comunicación Política y profesora de la Universidad Rey Juan Carlos