Buenos Aires.- Mauricio Macri juró el jueves como presidente de Argentina hasta 2019 con un discurso conciliador en el que prometió combatir la corrupción y pidió la colaboración de todos los sectores políticos para hacer frente a los desafíos económicos.
Macri, un tecnócrata conservador de 56 años, juró el cargo ante los presentes reunidos en el Congreso, adonde no acudió la presidenta saliente Cristina Fernández ni la mayoría de los legisladores peronistas que le responden.
Gabriela Michetti juró a su vez como vicepresidenta. En su primera alocución como mandatario de Argentina, Macri sostuvo que la prioridad de su gobierno será alcanzar la “pobreza cero”, combatir la corrupción y el narcotráfico y unir a los argentinos.
Macri convocó “a todos a aprender el arte del acuerdo”. “Argentina es un país con realidades distintas que deben integrarse en un país unido. Queremos el aporte de todos… peronistas y antiperonistas.
Los argentinos están cansados de prepotencia y enfrentamiento inútil”, dijo el mandatario. Posteriormente recibió en la sede de gobierno la banda y el bastón presidenciales de manos del titular provisional del Senado Federico Pinedo, del frente Cambiemos que lidera el flamante mandatario, ante la falta de un acuerdo con Fernández.
Por primera vez desde el retorno de la democracia en 1983, un mandatario saliente no entregó los atributos de mando a su sucesor.
Un sonriente Macri saludó a los asistentes con el bastón en la mano y luego estrechó manos con los invitados extranjeros presentes: las presidentas de Chile, Michelle Bachelet, y Brasil, Dilma Rousseff; el mandatario de Bolivia, Evo Morales; de Uruguay, Tabaré Vázquez; de Colombia, Juan Manuel Santos; de Ecuador, Rafael Correa, y de Perú, Ollanta Humala, entre otros.
Luego salió al balcón de la Casa Rosada, donde acompañado por su esposa Juliana Awada, su pequeña hija Antonia y la vicepresidenta prometió a los argentinos “siempre decirles la verdad y mostrarles cuáles son los problemas porque sé que ustedes son suficientemente capaces e inteligentes para, trabajando juntos, resolverlos”.
Mientras tanto, miles de seguidores con banderas argentinas coreaban “Se siente, Macri presidente” y “Sí se pudo”.
Ganador de la segunda vuelta electoral del 22 de noviembre, Macri inaugura un nuevo ciclo político que reemplaza al kirchnerismo, el movimiento de centroizquierda creado en el seno del peronismo por Fernández (2007-2015) y su fallecido marido y antecesor Néstor Kirchner (2003-2007).
Ambos desarrollaron un poder personalista y aplicaron una fuerte intervención estatal en la economía y amplios programas sociales.
Macri, miembro de una familia empresaria, presidió el club de fútbol Boca Juniors y fue alcalde de Buenos Aires entre 2007 y 2015.
Asume el poder con varios retos por delante: una inflación de al menos 27% anual, restricciones a la compra de dólares, retraso cambiario, estancamiento del crecimiento, un déficit fiscal superior al 7% del producto interno bruto y el litigio en Nueva York con los llamados “fondos buitres”, inversionistas que han demandado al país por títulos impagos de su deuda.
“Los desafíos que tenemos por delante son enormes y los problemas no los vamos a resolver de un día para otro. Necesito que nos marquen nuestros errores, sabemos que no somos infalibles”, dijo Macri en el Congreso.
El mandatario también aseguró que no se va a olvidar de los más desfavorecidos. “Vamos a cuidar a todos, el Estado va a estar donde sea necesario”, señaló el dirigente conservador.
En una crítica hacia la administración saliente, dijo que será “implacable” con los corruptos y que no permitirá que haya “jueces militantes” que protejan a los políticos ni que se avasallen las instituciones.
Fernández rechazó la propuesta de Macri de recibir los atributos de mando en la sede del gobierno, como se ha hecho -salvo excepciones- desde 1868, y no en el Congreso, como era el deseo de la presidenta saliente.
La constitución establece que al tomar posesión de su cargo el presidente y vicepresidente deben prestar juramento “ante el Congreso reunido en Asamblea”, pero no especifica dónde se hace la entrega de los atributos presidenciales.
La polémica en torno a la ceremonia puso en evidencia la primera fisura dentro del peronismo desde la derrota electoral: mientras los diputados kirchneristas decidieron ausentarse, los legisladores del peronismo más tradicional participaron en la jura en el Congreso.
Durante el resto de la jornada, Macri tomará juramento a sus ministros y por la noche asistirá junto a su esposa a una función de gala en el Teatro Colón de Buenos Aires, una de las más importantes salas líricas del mundo.