BUENOS AIRES.- El gobierno de Mauricio Macri obtuvo un amplio respaldo de la población en las elecciones legislativas del domingo en Argentina, lo que le permitirá avanzar en el Congreso con una serie de reformas trascendentales y aspirar a la reelección en 2019.
El oficialismo se impuso en Buenos Aires, el distrito más poblado del país y que concentra 40% del electorado, así como en otras provincias de fuerte peso electoral como Córdoba, Santa Fe y Mendoza, según los primeros resultados oficiales difundidos por el Ministerio del Interior.
«Hoy no ganó un grupo de candidatos ni un partido, hoy ganó la certeza de que podemos cambiar la historia para siempre», dijo Macri en el comando de campaña del oficialismo.
En Buenos Aires, la coalición gobernante Cambiemos ganaba 41,39% contra 37,24% de Unidad Ciudadana, que llevaba como candidata a senadora a la expresidenta Cristina Fernández (2007-2015), quien no obstante se aseguró un escaño.
En los comicios se eligieron 24 de 72 senadores y 127 de 257 diputados. El resultado más abultado para el oficialismo se registraba en la capital, donde Elisa Carrió obtenía 50,93% de los votos contra 21,74% del kirchnerista Unidad Porteña. «Somos la generación que está cambiando la historia», sostuvo Macri.
«Los quiero invitar a seguir recorriendo la aventura de la transformación (.) juntos somos capaces de hacer cosas imposibles. Se puede. No vamos a aflojar».
Con este panorama, el oficialismo aumenta su presencia en el Congreso y aunque no llegue al quorum propio tendrá la fortaleza para impulsar reformas claves en el ámbito laboral, fiscal y en el sistema político.
Según Macri, un tecnócrata conservador, estas medidas le permitirán al país ganar previsibilidad ante los inversores extranjeros y generar condiciones para un crecimiento económico sostenido.
El presidente, además, queda bien perfilado para buscar la reelección en 2019, mientras la oposición continúa fragmentada y sin un liderazgo claro.
Los resultados evidencian que el apoyo electoral a Macri no fue afectado por la muerte del activista Santiago Maldonado, cuya desaparición el 1 de agosto, durante una protesta de la comunidad mapuche en la Patagonia dispersada por una fuerza federal, causó una fuerte conmoción social y protestas multitudinarias.
Su familia y organismos de derechos humanos habían cuestionado duramente al gobierno por el manejo del caso. Maldonado estuvo desaparecido durante más de dos meses hasta que su cuerpo fue hallado el martes a la vera del río Chubut, en la provincia del mismo nombre a unos 1.800 kilómetros al sur de Buenos Aires, justo en coincidencia con el cierre de la campaña electoral.
Las causas de su deceso todavía no han sido determinadas, pero resultados preliminares de la autopsia revelaron que no sufrió lesiones.
Tampoco parecen haber influido en el electorado un aumento de la desocupación, la persistencia de la inflación y una lenta reactivación de la economía.
Pese a la derrota en Buenos Aires, la expresidenta Fernández se aseguró una banca en el Senado como la segunda fuerza más votada, lo cual le otorgaría inmunidad en momentos en que la justicia ha redoblado la presión sobre ella en causas por corrupción durante su gobierno.
«Somos la oposición más firme a este gobierno», afirmó Fernández a sus partidarios. «Hemos sido capaces de sumar votos, de crecer a pesar de que nos hemos enfrentado a la más enorme e inédita concentración de poder de la que se tenga memoria desde la restauración de la democracia».
Fernández deberá presentarse a declarar el 26 de octubre como sospechosa de haber intentado proteger a los iraníes acusados del atentado contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires, tal como denunció en 2015 el fiscal Alberto Nisman poco antes de su muerte —cuyas circunstancias aún no han sido dilucidadas.
Dirigentes oficialistas y de otros espacios opositores adelantaron días atrás que apelarán a los procedimientos previstos en la ley para impedir que Fernández pueda jurar como senadora por las causas judiciales en su contra.
Fernández, la dirigente opositora que sacó más votos el domingo, invitó al resto de las fuerzas a sumarse a Unidad Ciudadana para enfrentar «este modelo político y social de ajuste que solo pueden causar dolor al pueblo».
«Tenemos una gran responsabilidad. Aquí no se acaba nada, hoy aquí empieza todo», arengó la exmandataria, quien intentará liderar la oposición peronista en el Congreso.
Sin embargo, no está claro cuánto predicamento tendrá en la cámara porque el alto nivel de imagen negativa limita sus aspiraciones de volver al poder en dos años.