Sao Bernardo.- El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva estuvo hoy arropado por su círculo más próximo a la espera de que el Tribunal Supremo de Brasil decida si es encarcelado tras ser condenado por corrupción o si tendrá derecho a apelar la sentencia en libertad.
Lula llegó al Sindicato de los Metalúrgicos de la región metropolitana de Sao Paulo la mañana del miércoles y se reunió a puerta cerrada con la expresidenta Dilma Rousseff, sindicalistas y aliados políticos, entre ellos los gobernadores de los estados de Acre y Piauí, según confirmaron a Efe fuentes del instituto dirigido por el exmandatario.
El expresidente, quien gobernó Brasil entre 2003 y 2010, tiene previsto seguir la decisiva sesión del Supremo desde la sede del sindicato, del que fue presidente antes de iniciar su carrera política con el Partido de los Trabajadores (PT).
Allí se reunieron centenas de personas para expresar su apoyo a Lula, condenado a 12 años de prisión por haberse beneficiado en forma ilícita de la corrupción de Petrobras mediante la cesión de un apartamento en una playa de Sao Paulo.
“Yo acompaño a Lula la vida entera y con él yo he aprendido lo que es luchar por derechos. Representa mucho más que un sueño, es un proyecto que está ahí”, dijo en declaraciones a Efe Marinalva Araujo, vestida con una camiseta en la que aparece una imagen de Lula durante su época de sindicalista.
Rejane do Nascimento, del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo, llegó a la sede de la central obrera acompañada de su hija para defender la “inocencia” del exmandatario, quien enfrenta otros seis procesos judiciales, la mayoría de ellos por presunta corrupción.
“Para mí fue un óptimo presidente”, aseguró Do Nascimento. El político más carismático de Brasil lidera todas las encuestas de intención de voto de cara a las elecciones presidenciales del próximo 7 de octubre, pero sus aspiraciones políticas podrían ser frenadas si finalmente es preso.
El Tribunal Regional de la Cuarta Región de Porto Alegre, que lo condenó en segunda instancia el pasado 24 de enero, determinó el cumplimiento de la pena una vez agotados todos los recursos en esa corte, pero la defensa de Lula entró con un hábeas corpus.
Los abogados defienden la “presunción de inocencia” del exmandatario y sostienen que, aún ratificada la condena en segunda instancia, como es su caso, restan apelaciones en tribunales superiores y, por tanto, la pena todavía no puede ser ejecutada.
La presión sobre el Supremo se ha intensificado en los últimos días y hoy están previstas manifestaciones a favor y en contra del expresidente en diferentes ciudades de Brasil, especialmente en Brasilia, donde la seguridad ha sido reforzada.