La población dominicana aplaude con emoción y orgullo al joven Luisito Pie, quien ganó medalla de bronce en taekwondo, en los Juegos Olímpicos celebrados en Río de Janeiro, Brasil. ¿Quién es Pie, qué es taekwondo, qué son las olimpiadas?
El taekwondo es un sistema de combate sin armas, de origen coreano. Tae (se refiere a utilizar los pies), kwon (vinculado a brazos y puños) y do (se asocia a la perfección).
Es un deporte en que dos luchadores utilizan golpes secos dados con los puños, pies y técnicas de saltos para el ataque y la defensa. Con su práctica se alcanzan varios objetivos: entrenar y disciplinar la mente y el cuerpo, autodefensa y como hay implicados golpes, patadas y gritos, mitiga el estrés.
Los estudiantes, junto a técnicas de ataque y defensa, reciben lecciones para forjar el carácter.
Por otro lado, las olimpiadas es uno de los eventos más importantes que se realizan, cada cuatro años. Congregan a todos los países del mundo, para celebrar actividades deportivas y competir sanamente en diversas disciplinas. Este año fueron en Río de Janeiro, Brasil.
Ganar una medalla, cualquiera que sea, es lo máximo. Para tener una idea, este año asistieron 207 países; 120 no recibieron medalla. Solo 87 la lograron, dentro de ellos, RD obtuvo una de bronce.
La logró Luisito Pie en taekwondo. Por tal motivo fue recibido como un héroe nacional.
¿Quién es Luisito Pie? Nació y se formó en Bayaguana, provincia Monte Plata, en un hogar humilde. Sus padres, descendientes de haitianos, le enseñaron sanos valores y lo apoyaron en sus estudios y deportes. Aunque pasó hambre, se abrió paso en buena lid. Trabajó como limpiabotas.
Es marino.
Habla con cariño de su familia, de su hermano Bernardo, también miembro de la selección. Estudia Educación Física en la Universidad Nacional Evangélica (Unev) cuyo rector, Dr. Mañón Rossi, le hizo una despedida cuando iba a las olimpiadas, en el Salón del Consejo Académico, junto a otro de sus estudiantes, Luis Enrique Charles, quien iba a competir en metros planos. Les recordó la importancia del evento y les facilitó recursos para su estadía.
A pesar de su juventud, 22 años, Luisito proyecta madurez, equilibrio emocional. Llama la atención la profundidad de sus juicios, las lecciones envueltas, como cuando dijo:
“No luché por millones de pesos, lo hice por millones de dominicanos que confiaron en mí, para llevar una medalla… No creo que nada material supere lo que siente mi corazón…
Quiero ver los jóvenes luchar por sus sueños, estudiar, practicar deportes, el esfuerzo da resultado”.
Y constantemente agradece a los que lo han motivado, enseñado y asesorado..
Me encantó su reacción cuando le preguntaron si creía que le darían la vivienda que le ofrecieron y que tanto necesita, respondió con diplomacia e inteligencia:
“El que no tiene nada y le ofrecen algo, debe mantener viva la esperanza”.
La grandeza de Luisito no es solo que haya traído una medalla olímpica al país, observemos su comportamiento y los principios que sustentan sus acciones. Sabe elevarse. ¡Dios proteja este joven ejemplar! que tanta alegría ha dado a la nación.