La instauración de un Tribunal del Deporte en nuestro país es una necesidad impostergable. Contar con un marco jurídico especializado en el área deportiva se hace cada vez más necesaria, debido a los tantos intereses que existen en esta área, donde hay gran manejo de los recursos económicos que otorga el Estado.
El pasado domingo recibí una llamada de Luisín Mejía para referirse a mi entrega anterior titulada: “Tribunal del Deporte: la gran pifia cometida por Luisín Mejía”.
Mejía aclaró que desde su gestión como presidente del Comité Olímpico Dominicano (COD) hizo esfuerzos extraordinarios por la instauración de ese tribunal, según lo contempla la Ley General del Deporte 356–05, de fecha 15 de septiembre del año 2005.
Mejía explicó que para la ocasión trajo al país a varios juristas internacionales con amplios conocimientos en la materia.
De igual modo, hizo enormes esfuerzos para convencer a los expresidentes de la Suprema Corte de Justicia, Jorge Subero Isa y Mariano Germán, y no logró el objetivo.
Ante esa situación y para no quedarse con las manos vacías, consiguió que el Centro de Resolución Alternativa de Controversias (CRC) de la Cámara de Comercio y Producción de Santo Domingo dirimiera los conflictos deportivos. “Yo hice todo lo que tuvo a mi alcance, pero no existió la voluntad para abrir un Tribunal del Deporte en el país”, aclaró Mejía.
Lo que sí destacó es que consiguió con Subero Isa que las decisiones que se emitieran en el CRC tuvieran carácter definitivo; es decir, que no pudieran ser apeladas en otro tribunal.
Señaló que varios casos entre dirigentes y deportistas se han definido en el CRC.
Mejía dijo que durante sus 16 años de gestión al frente del COD logró grandes objetivos, siendo el más notable la apertura del Albergue Olímpico, luego de una lucha de varios años, pero no pudo abrir el Tribunal del Deporte como esperaba, aunque hizo las gestiones.