Grandes figuras del derecho dominicano han marcado generaciones. Han sido brillantes abogados, eminentes académicos y ejemplares ciudadanos.
En este último lustro hemos perdido varios de estos arquetipos. Figuras como don Manuel Bergés Chupani, Juan Manuel Pellerano Gómez y Artagnan Pérez Méndez, con sus destacados ejercicios como jueces, abogados y maestros del derecho de muchas generaciones, han marcado su impronta de un ejercicio profesional lúcido, capaz y comprometido éticamente.
El Dr. Luis Armando Bircann Rojas, destacado profesor de la PUCMM, hijo, esposo, padre y ciudadano ejemplar es uno de los prototipos del derecho dominicano. Sus aportes como maestro, doctrinario y su modélico ejercicio como abogado quedaran grabados con letras doradas en las páginas de la historia del derecho nacional.
Se nos fue esta semana don Luis Bircann. Pero solo a la puerta del lado, donde le tocaremos permanentemente cuando surjan las dudas éticas, para mantener la firmeza de propósitos y de un ejercicio apegado a los principios de la profesión.
El toc toc de quienes tuvimos la oportunidad de beber de sus conocimientos, de la lealtad profesional, de la profundidad de análisis, de la combinación de la variedad y elegancia léxica unida a la contundencia y vehemencia de sus llamados éticos son solo parte de sus grandes dotes y aportes al derecho.
Su vasta y sólida cultura jurídica nos recuerda la necesidad de expandir nuestras zonas de confort en el ejercicio del derecho. Su gran ejemplo como jurista y como ser humano debe, no solo extenderse en el tiempo a través de sus hijos Martha y Juan Carlos que siguieron el camino del derecho, sino en todos los que también nos consideraciones hijos de sus tantas enseñanzas, como abogado, jurista, doctrinario y ser humano.
Su obra “A la luz del Derecho” y sus aportes a través de la columna que mantuvo por mucho tiempo en la revista Gaceta Judicial como otros aportes nos dejan un faro de luz que ilumina el camino de la investigación y del pensamiento jurídico, al que debemos apostar muchos recursos humanos y económicos, para superar nuestras debilidades normativas e interpretativas, en la doctrina, la jurisprudencia y la práctica del derecho.
¡Paz eterna al alma del siempre querido, recordado, admirado y respetado Luis Bircann Rojas, amigo y maestro por siempre!