Sin lugar a dudas, el proyecto de reelección del presidente Luis Abinader marcha con el viento a su favor, muy a pesar de las posiciones contradictorias que sustentan partidos y/o grupos opositores.
Desde antes de ser candidato de su partido, el Revolucionario Moderno, Abinader aparece siempre arriba en las encuestas de mayor prestigio, es bien valorado entre la población, con un discurso que goza de gran aceptación.
A esto se agrega que cada semana entrega nuevas obras al país, que en los primeros seis meses de este año la inversión extranjera fue por el orden de 2,150 millones de dólares, destinada a áreas como el turismo, zonas francas, energía renovable, inmobiliaria y otros.
Y algo muy importante: De manera personal sale totalmente ileso frente al tema de la corrupción. La oposición no tiene forma de acusar, mucho menos de probar nada en ese sentido. Un dato en el cual el presidente Abinader figura puntero por encima de otros líderes políticos y ex mandatarios, es que siempre está en disposición de responder cualquier pregunta de los medios, sin albergar temores a las reacciones que pueda provocar.
Pero, como en este mundo todo no puede ser perfecto, hay temas de suma importancia y siempre de palpitante actualidad en los que sale a relucir una espinita en el zapato: la economía popular, la delincuencia y Haití.
La economía popular constituye un arma de doble filo al momento de tomar decisiones. En los últimos años, los precios de los productos de amplio consumo han registrado alzas considerables. No sólo en este país, sino a nivel global. Distintos factores intervienen para los que no siempre se tienen soluciones.
Durante un reciente encuentro con ganaderos y productores de leche, Abinader reconoció que no es tan fácil lograr que todos los productos agropecuarios lleguen a precios justos a la población, lo mismo que para los productores. En la ocasión, destacó que ese equilibrio no es tan fácil, por entender que la definición de precios justos a los consumidores es diferente a la definición de precios justos a los productores. “Por lo tanto, nos toca hacer el equilibrio”, explicó.
Múltiples factores a nivel internacional (guerra de Ucrania, alza de los precios del petróleo, entre otros) influyen para que los países dependientes adquieran materias primas a precios casi prohibitivos para sus economías. República Dominicana no escapa a esa situación. El candidato de Fuerza del Pueblo (FP), Leonel Fernández, que las encuestas colocan siempre por debajo de 30%, tiene ahora entre sus anhelos de llegar al poder repetir lo mismo que hizo en el año 2004, cuando fue candidato presidencial del PLD.
En aquella ocasión, Fernández puso como estandarte de su campaña electoral repetir hasta el cansancio que el entonces presidente Hipólito Mejía era el único responsable de los altos precios que registraban productos de primera necesidad en la alimentación de los dominicanos, como el pollo, arroz, plátanos, pastas alimenticias, etc. La gestión de gobierno del presidente Mejía sufrió las graves consecuencias de la crisis petrolera, carestía de la tasa de cambio, inflación de dos dígitos, a lo que se agrega la quiebra de uno de los principales bancos comerciales.
Casi 20 años después, y con miras a los comicios de mayo de 2024, el candidato de la FP cree que tiene la sartén por el mango y pregona a todo dar que la carestía de precios conspira contra la reelección del presidente Abinader. Sin embargo, el actual mandatario sigue aventajando a todos los candidatos en las encuestas de mayor credibilidad.
Otro tema que sectores de la oposición han cogido como punta de lanza contra la gestión de Abinader ha sido lo que ellos consideran auge de la delincuencia y las respuestas oficiales para contrarrestarla. Es algo que el gobierno ha puesto interés en que haya resultados a través de las ejecutorias de la Policía, con su plan de reforma, y los lineamientos del Ministerio de Interior. Con relación a lo que ha hecho el país frente a la situación de
vulnerabilidad política y social que vive Haití, en ocasiones sectores nacionales lanzan dardos contra decisiones emanadas del Ejecutivo. Con todo y eso, entendemos que el presidente Abinader, en su proyecto reeleccionista para optar por cuatro años más, luce estar montado en la cresta de la ola.