El presidente Abinader inauguró meses atrás un puerto auxiliar en Manzanillo desde donde seguirán los trabajos. ARCHIVO
Santo Domingo.-El primer período de gobierno del presidente Luis Abinader concluye con pocas sorpresas en cuanto a iniciativas, siendo estas las mismas que fueron prometidas en campaña y en su discurso de toma de posesión en el 2020.
Ese primer discurso como jefe de Estado fue corto.
El mandatario empezó hablando de la crisis sanitaria y prometiendo mejorarla, reactivar la economía con un plan de construcción de viviendas y crear un ecosistema de zonas francas aprovechando la posición estratégica de República Dominicana y el nearshoring.
Salud
Ante los retrasos de las empresas farmacéuticas, el Gobierno adquirió un lote de 110,000 dosis de una vacuna contra la covid fabricada en la India que respondía al nombre de AstraZeneca Covishield.
Luego llegaron procedentes de China lotes de Sinovac, lo que permitió descongelar las relaciones con el país asiático.
Para mayo de 2022, el país llegó a tener en reserva más de diez millones de unidades de vacunas y aún en espera de otros siete millones más y se pudo aplicar una tercera dosis, generando así reactivar con anticipación la industria turística.
De los medicamentos e insumos distribuidos a hospitales en compras realizadas por Promese/CAl, se pasó de RD$1,568 millones de pesos a RD$3,176 millones y en cuanto a medicamentos de alto costo, además de incrementar el número de beneficiarios, se pasó de una inversión de RD$3,000 millones a RD$7,300 millones para el 2023.
“Bajo mi presidencia el sistema sanitario no colapsará”, había dicho Abinader en su toma de posesión de agosto de 2020.
Vivienda y zonas francas
En cuanto a la construcción de viviendas, las estadísticas oficiales de los primeros tres años de gobierno dan cuenta de 211,000 beneficiados vía los programas gubernamentales Mi Vivienda, Familia Feliz y Dominicana se Reconstruye.
Un punto en contra con el que ha tenido que lidiar el sector es el encarecimiento de los productos de la construcción debido a la tendencia inflacionaria provocada por factores externos.
De las zonas francas, los oficialistas hablan de 200 mil nuevos empleos directos y de exportaciones por US$813 millones para mayo de este año y de un crecimiento de la inversión acumulada de un 44 % en tres años.
También prometió Abinader impulsar el desarrollo turístico de Pedernales y la construcción del puerto de Manzanillo para fines de exportación.
De lo primero, para enero de este año fue inaugurada una primera fase y aunque el despegue ha sido lento, según el director de la Autoridad Portuaria, Jean Luis Rodríguez, esperan cerrar el año con unos 20,000 cruceristas y otras promesas a futuro.
Del Puerto de Manzanillo y sus obras vinculadas, que en sus inicios se especificó que, por su posición estratégica no se aceptaría inversiones de capital chino (un error táctico que si bien pudo aplicarse no debió decirse), sus trabajos ya han sido maquetizados y proyectados y se inauguró un muelle auxiliar.
Relaciones exteriores
En cuanto a los vínculos del país con otras naciones, República Dominicana sigue siendo una nación amistosa. No hubo sorpresas salvo algunas declaraciones oficiales cuando el momento lo requirió como es el caso reciente de Venezuela.
No se pudo, conforme a lo prometido en el discurso de toma de posesión del 2020, mantener una relación afable con Haití debido fundamentalmente a las condiciones de inestabilidad imperantes en ese país.
Sí se asumió ante organismos internacionales y cada vez que se tuvo la oportunidad, el llamado a una intervención asistencial y la notificación reiterada sobre la indisposición del país de cargar con la problemática haitiana.
Educación y seguridad
Aunque con lluvias de críticas sobre su efectividad y la inversión realizada, se implementó en plena pandemia un año escolar atípico que incluyó la entrega de tabletas y la transmisión por radio y televisión del contenido pedagógico.
En materia de seguridad y la prometida reforma policial, se vivieron momentos negros producidos por hechos aislados que empañaron las intenciones gubernamentales, como fue el asesinato de una pareja de pastores a manos de agentes de la Policía Nacional.
Pese a todo, las autoridades muestran con números la reducción de hechos violentos y el mismo Abinader, asumió la conducción de una mesa de seguridad que se reúne semanalmente para pasar balance a los trabajos.
De ambos acápites anteriores, Abinader había prometido en 2020 tanto la entrega de las tabletas como la reforma policial que aún sigue en marcha.
Gobierno de crisis
Un hecho que no debe pasar desapercibido de la primera gestión de Abinader fue el haber asumido bajo condiciones anormales y desconocidas para todos los países del mundo.
Fue el primer presidente electo bajo un gobierno democrático después de iniciada la pandemia del Covid-19 y en un contexto global de incertidumbre.
Por si fuera poco, estas anomalías se extendieron a la parte económica, afectando el trasiego de mercancías a escala global por la carencia de contenedores.
El panorama se complicó todavía más con el inicio de la guerra Rusia-Ucrania, ambos de los mayores productores de grano al nivel global, lo que determinaría elevados niveles de inflación en todo el mundo.
Es así como puede afirmarse que el primer gobierno de Abinader fue uno para pelear crisis externas y algunas internas que se derivaron.
Esto tuvo un efecto directo en la aplicación de políticas económicas no siempre acertadas, pero que permitían el margen de error ante la novedad de lo vivido.
Marca de gobierno
—1— Institucionalizad
La marca del gobierno que recién concluye, consistió en mejorar la institucionalidad del país, los niveles de transparencia y atacar la corrupción.
—2— Justicia
El gobierno se desvinculó públicamente del Ministerio Público, permitiéndole libertad de ejecución nunca antes vista en la historia del país.