En muchas ocasiones estando en reuniones y leyendo mensajes en los medios masivos de comunicación y en las redes sociales, nos encontramos con comentarios muy desalentadores con respecto a la pérdida de los valores en nuestra sociedad, y sobre todo en los núcleos donde interactuamos con los demás, sin embargo, aunque nos desalienta el hecho de que sabemos que tenemos una realidad crítica en cuanto a la esencia de esos valores que nos hacen ser mejores personas y en esa misma medida, si nos detenemos a observar con atención nos vamos a dar cuenta que todo no está perdido, y que desde la creación de la tierra hay hombres con valores y hombres de escasos valores.
Es propicio referirnos por segunda vez a un grupo de 13 jóvenes femeninas compañeras todas de la misma aula desde 5to. de primaria hasta terminar el bachillerato, luego cada una tomó rumbo diferente hacia diferentes carreras y diferentes centros de estudios, pues la secundaria fue común e igual para todas, sin embargo, para su carrera universitaria cada una tiene una idea diferente, por ejemplo varias entraron a la Universalidad Autónoma de Santo Domingo, escogiendo, dos de ellas psicología clínica, una administración, una medicina, una ingeniería civil, dos publicidad y otra estudió la carrera de economía, una entró al Instituto de Aviación Civil a estudiar tráfico aéreo y otra entró a la Escuela Nacional de Arte Dramático ENAD a estudiar actuación teatral, cada una de ellas seleccionó una carrera distinta, cada una de ellas hoy tiene 26 años a excepción de la más pequeña que se graduó del bachillerato sin haber cumplido los 16 años de edad y hoy cada una de ellas ha cumplido su propósito y otras están en la recta final de sus estudios universitarios.
Lo que quiero resaltar aquí, es que estas chicas se conocieron con apenas 8 y 6 años de edad, cumplieron con la secundaria, las 13 fueron a la universidad y algunas tienen 2 carreras, todas trabajan, la mayoría de ellas están muy bien casadas, todas han logrado alcanzar las metas de la juventud, estudio, trabajo, bienestar, lo que quiere decir que ha habido un evidente cambio para bien de todas ellas, y llama la atención que el grupo de las 13 como le titulé hace unos años, siguen siendo en unidad, hermandad y compañerismo de la misma manera que hacían cuando eran chicas, es como si el tiempo no ha pasado o más es cómo, si con el paso de los años, las 13 se unen más, y es aún más gratificante ver que las 13 son mujeres de bien.
Hay que destacar que 13 personas que se conocieron en un aula de clases, vienen de 13 hogares diferentes y que tienen formas y costumbres diferentes, y nos preguntamos, sí vienen de hogares diferentes por qué han logrado consolidar una amistad y los lazos de la hermandad e indudable hegemonía, y creo saber la respuesta, es que no es cierto que todo está perdido como algunos vaticinan, y que cada una de ellas llegó al aula con formación, con modales y con disciplina, ya que la única forma de mantener activo un grupo, es cuando su formación, el respeto y la disciplina son comunes entre los miembros.
Esto quiere decir que aunque mucha gente diga que los valores están perdidos, y que no hay respeto por nada, este grupo de las 13, nos muestran con su formación, con su actitud y con su hermandad, que los valores en nuestra sociedad aunque escasos aún existen, porque ellas son un gran ejemplo.