Santo Domingo.-En medio de la creciente popularidad de los suplementos para la salud cerebral, surge la pregunta fundamental: ¿son realmente eficaces?
Datos reveladores muestran que el 25% de los adultos mayores de 50 años busca mejorar su memoria y concentración mediante estos productos, según una encuesta de la Harvard Medical School.
América Latina, especialmente en países como Brasil, Perú, Colombia y Chile, representa el 7% del consumo mundial de estos suplementos, según la Alianza Latinoamericana de Nutrición Responsable (Alanur).
Mientras que en España, un 40 por ciento de la población recurre a suplementos alimenticios, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), siendo las mujeres las que suelen recurrir más a estos complementos alimenticios.
Advertencia
Aunque estos suplementos son considerados beneficiosos en casos de alimentación inadecuada o estrés, la profesora María José Alonso Osorio de la Universitat Oberta de Catalunya advierte que una dieta equilibrada ya proporciona los nutrientes esenciales.
Sin embargo, Alonso Osorio destaca que, en situaciones específicas como deficiencias nutricionales o envejecimiento, estos suplementos pueden ser beneficiosos.
No obstante, advierte sobre la importancia de elegir productos bien diseñados, ya que algunos pueden ser ineficaces o incluso perjudiciales.
“Para los casos mencionados, estos suplementos pueden ser beneficiosos», apunta Alonso, y deja claro que una persona saludable con una capacidad cognitiva normal y una alimentación correcta no mejorará su memoria consumiendo este tipo de productos.
Buena alimentación
A la pregunta: ¿Pero cuál es la clave de una buena alimentación para el cerebro? La experta hace énfasis en la recomendación de una dieta rica en pescado azul, frutos secos, frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, aceite de oliva y la limitación de grasas saturadas y alcohol.
Estudios respaldan que seguir una dieta mediterránea mejora la cognición. En caso de recurrir a suplementos, Alonso destaca la importancia de vitaminas del grupo B, ácidos grasos omega-3, vitaminas E y C, carotenos, polifenoles y minerales como zinc, selenio y manganeso.
Estos pueden jugar un papel beneficioso en la prevención de la neurodegeneración y podrían reducir el daño neuronal producido por radicales libres en el cuerpo cuando no hay suficientes antioxidantes para eliminarlos.
También hay estudios que apuntan el “efecto protector” sobre el cerebro de plantas como la cúrcuma o los extractos de bacopa y centella; estos dos últimos pueden ayudar a conservar y mejorar la memoria y la función cognitiva.
La regla es consultar un profesional que ayude a escoger el complemento más adecuado para cada situación y dará las indicaciones dietéticas y de estilo de vida necesarias.
Realidad
— Edad avanzada
Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) dejan evidencias que muestran que las personas de edad avanzada, por distintas razones, están en riesgo de deficiencias de micronutrientes, lo que afecta su capacidad física y mental.