Esta semana se debe producir un nuevo encuentro del Comité Nacional de Salarios en procura de un consenso que permita la fijación, a partir 14 de julio próximo, de un nuevo salario mínimo en las diferentes escalas del país.
Desde el último aumento en el 2021, los fenómenos pospandemia del Covid y conflictos en Europa Oriental han incidido de manera negativa sobre los índices de precios, desatándose un proceso inflacionario que ha deteriorado aún más los ingresos de la familia promedio dominicana.
El primer absurdo que deberá enfrentar dicho comité es la existencia de no menos de 17 salarios mínimos, tal y como si el mismo trabajo tuviese diferentes valores según quien y donde se realiza.
Ya es tiempo de eliminar ese concepto obsoleto del trabajo diurno, nocturno, en día de semana o fines de semana, así como según el tamaño de la empresa. Debería existir un solo salario mínimo y el mismo debe ser a partir de las horas trabajadas sobre la base de una jornada de 40 horas cada 7 días.
El segundo desafío es el tema de las cesantías, sobre los cual el empresariado ha expresado debe tener un tope, siempre preservando los derechos adquiridos.
Estas reservas constituyen enormes cargas, que junto a la sobrejudicialización de los conflictos laborales, constituyen trabas que limitan el nivel salarial y son costos adicionales al salario real. Por igual, el tema constituye un obstáculo en la creación de nuevos empleos.
El tercer desafío es el de la necesidad de formalizar y sincerizar los salarios.
No es secreto que en el país más de la mitad de la actividad laboral es realizada de manera informal, fuera de los esquemas impositivos y de la seguridad social. La excesiva burocratización para formalizar una empresa y el subsecuente registro de su empleomanía constituyen por igual trabas para el logro de salarios reales dignos en el país.
El Comité Nacional de Salarios tiene por frente importantes decisiones, muchas de las cuales escapan de su ámbito y son más bien temas de modificación de ley. Si realmente aspiramos a salarios reales justos y decentes, se tendrá que ir más allá que disponer nuevos salarios mínimos sectorizados.