En el artículo anterior resumimos los orígenes históricos del neoliberalismo y su vinculación con la llamada globalización, signo característico del capitalismo contemporáneo.
En efecto, la llamada globalización (los franceses le llaman mundialización) lleva en su seno aspectos contradictorios. Uno negativo y otro positivo.
Pero ante todo, este fenómeno ha repercutido de manera diferente en los países según su nivel de desarrollo.
En las economías de capitalismo avanzado ha representado una fase hacia un nuevo reajuste de los mercados existentes y hasta cierto punto de las esferas de influencia, así como de nuevos actores, como es el caso de China que emerge como nueva potencia económica jugando un papel de extremada importancia en el tablero de la economía mundial.
Por otro lado, las desregulaciones han llegado a su más alto grado con el consiguiente estallido de las crisis recurrentes, como ocurrió en los años 1998,2007 y 2008 en la forma de sacudimientos bursátiles con las consecuentes pérdidas de riqueza en acciones de bolsa.
En las estructuras productivas de los países pequeños y medianos, la experiencia muestra que la acción de los mercados globales y las recetas neoliberales (razonables hasta cierto punto en los países de capitalismo avanzado) tiende a acelerar la ruina de las producciones locales , cuyas bases de sustentación son incapaces de resistir los embates de la penetración masiva de tecnología, capital y mercancías foráneas.
Sin embargo, la globalización, al fomentar la competencia, al mismo tiempo estimula de manera espontánea el desarrollo tecnológico , Para las empresas más eficientes el resultado neto es el surgimiento de una competitividad positiva que a su vez alienta el crecimiento y el desarrollo social.
O sea, la globalización no se manifiesta en la mima forma en los países desarrollados y en los países del llamado tercer mundo.
En las regiones donde reina una economía “dual”, (progreso y atraso conviviendo) como es el caso de la sociedad dominicana el fenómeno de la internacionalización del capital ha exacerbado las contradicciones sociales.
En efecto, las políticas de ajuste y restricción de gasto público comúnmente denominadas de “equilibrio macroeconómico” no han ido acompañadas por políticas públicas tendientes a aliviar la pobreza, la cual en lugar de disminuir se acrecienta cada día, conforme a los datos que aporta el PNUD.
La sociedad dominicana está inmersa en el actual proceso de globalización, navegando al ritmo de la nueva fase del desarrollo capitalista.
Y tiene dos opciones: o se adapta a este proceso tomando las medidas de política económica necesarias para neutralizas sus efectos o sucumbir como nación independiente al ser avasallada por la penetración masiva de géneros, mercancías y tecnologías detrás de los cuales se encuentran los agente que los representan quienes serán en definitiva lo que controlen el rumbo del país.
Como en los próximos días se escenificará en nuestro país un debate entre los candidatos presidenciales (sin la presencia del candidato reeleccionista) sería interesante que emitan sus opiniones sobre el futuro de nuestra sociedad ante los embates del neoliberalismo.
¿ A que sociedad aspiramos?