Madrid.- Transcurridos los primeros diez años de reinado, Felipe VI y la Corona tienen por delante diversos retos en el horizonte, algunos derivados de situaciones surgidas durante la primera etapa en el trono o que están pendientes del periodo de Juan Carlos I.
Estos son algunos de los desafíos que encara don Felipe en su desempeño como jefe de Estado:
El futuro del rey Juan Carlos
Después de casi cuatro años de su marcha a Abu Dabi, el futuro de Juan Carlos I a medio y largo plazo sigue siendo una incógnita.
El emérito, de 86 años, decidió en marzo de 2022 seguir en el emirato de forma “permanente y estable”, lo que ha combinado con visitas frecuentes a España en un ámbito privado sin poder pernoctar en el Palacio de la Zarzuela, ni ser rehabilitado institucionalmente.
La relación con el independentismo catalán
El discurso del 3 de octubre de 2017 marcó un punto de inflexión en la relación del rey con los partidos y dirigentes separatistas catalanes, que pasaron a situarle en su diana política debido a su firme condena del intento de romper con España.
A expensas de ver si el líder del PSC, Salvador Illa, pasa a encabezar el Govern, el veto de la Generalitat a los actos que organiza la Corona en Cataluña, la negativa a saludarle en los recibimientos o la del Ayuntamiento de Girona a ceder espacios públicos impiden normalizar la situación.
La renovación del organigrama directivo
Después de diez años como mano derecha de Felipe VI, el pasado 20 de febrero relevó a Jaime Alfonsín por el diplomático Camilo Villarino, a lo que siguió la llegada de María Ocaña, la primera mujer en ocupar la secretaría de la reina.
Solo hay dos mujeres entre los once miembros del equipo directivo, de los que dos, el secretario general (70 años) y el consejero diplomático (que cumplirá la misma edad en julio) ya estaban en el círculo de confianza de Juan Carlos I.
Entre los nueve ayudantes de campo, solo una es mujer, y también son amplia mayoría los integrantes del equipo de seguridad.
La prevalencia constitucional del varón
El artículo 57.1 de la Constitución, que establece la preeminencia del varón sobre la mujer para ser rey, sigue sin modificarse, algo que no depende de Felipe VI, sino de que los partidos decidan abordar una reforma del texto de 1978 que exigiría una mayoría reforzada, disolución de las Cortes y un referéndum.
Al haber tenido los reyes dos hijas, el proyecto que hubo de modificar la norma fundamental cuando solo había nacido Leonor de Borbón quedó guardado en un cajón sin visos de que se vaya a acometer.
Ceuta y Melilla
Felipe VI ha estado en todas las provincias desde su proclamación, pero no ha visitado Ceuta y Melilla, como hicieron sus padres, los reyes Juan Carlos y Sofía, en 2007, 32 años después del comienzo de su reinado.
El rey ha trasladado a los presidentes de las dos ciudades autónomas su “voluntad y deseo” de ir, pero, en una etapa de bonanza con Marruecos, el Gobierno no ha considerado por ahora conveniente organizar un viaje que en 2007 causó malestar a Rabat.
La trayectoria de Leonor
La jura de la Constitución en su 18 cumpleaños y el inicio de su formación militar han proyectado una imagen positiva de la princesa Leonor en sectores de la sociedad.
No obstante, Felipe VI tiene el reto de consolidar esta percepción, toda vez que, como concluye un estudio de Red de Estudios de las Monarquías Contemporáneas (Remco), existen dudas entre los jóvenes sobre la legitimidad y utilidad de la Corona, aunque sin cuestionar de forma radical la institución.
Navarra
Además de la oposición del independentismo en Cataluña y el País Vasco, Felipe VI no ha normalizado su presencia en Navarra, donde dejó de presidir la entrega de los Premios Príncipe de Viana a partir de 2016 por el veto del gobierno autonómico.
El Parlamento de Navarra también aprobó la semana pasada, con el apoyo de los socialistas, una resolución que muestra el “firme compromiso con los valores republicanos” y ve a la monarquía una forma de gobierno “decadente y discriminatoria”.