Es inaceptable que a la magistrada Miriam Germán le hayan violado el debido proceso en la evaluación que está llevando el Consejo Nacional de la Magistratura a jueces de la Suprema Corte de Justicia.
El reglamento es claro, “las objeciones y reparos nunca podrán ser anónimas”, y “deberán ser decididas antes de iniciar la etapa de vistas públicas”, agregando: “Se deberán tomar las medidas para garantizar que puedan ser presentadas bajo los mayores niveles de confidencialidad”.
A Miriam Germán le aplicaron un proceso abusivo e irrespetuoso, donde de manera sorpresiva la obligaron a expone aspectos de su vida íntima.
Quedando evidenciado que por años ha sido objeto de un implacable servicio de espionaje (pagado por nosotros).
Pero lo más indignante es la boca de donde salieron esas preguntas: Jean Alain Rodríguez, quien fue activista de campaña de Danilo y tuvo que manejar el dinero que aportó Odebrecht. Que declaró más de 224 millones de pesos, incapaz de justificarlos.
En la entrevista se evidenció el nivel de perversidad del “procurador”, la oscuridad de su alma.
La frialdad manifiesta en la forma calmada en cómo, luego de atropellar a la jueza, le dice: “gracias magistrada”.
También se puede evidenciar la complicidad de Danilo Medina, que en ningún momento ejerció su rol de presidente del Consejo para evitar la violación del debido proceso.
Incluso, cuando la diputada Josefa Castillo intentó intervenir, le dice: “un momentito, vamos a esperar que ella hable”.
Esta bajeza tiene un solo propósito: sacar a Miriam Germán de la SCJ para meter cuadros políticos, y así garantizar impunidad cuando salgan del poder (saben que eso viene pronto).
Pero no todo es malo. Esto debe servirnos de advertencia sobre lo que están dispuestos a hacer para evitar pagar el precio de sus corruptas acciones.
Si hicieron eso con Miriam Germán, un símbolo de honestidad construido en 40 años de servicio, ¿qué no harán con el resto de los simples mortales que atentamos contra sus intereses?
No lo digo para que nos asustemos… Todo lo contrario, para que nos apresuremos.