Interesante y gratificante fue para nosotros reencontrarnos con libros que por muchos años no veíamos, otros no conocíamos y que las pocas librerías comerciales que quedan en el país, no los venden y mucho menos lo tienen
Nos referimos a la reciente pasada Feria de Libros Raros y Antiguos de la Sociedad Dominicana de Bibliófilos (SDB), realizada del 20 al 22 de marzo, única en su género, y de las pocas que se celebran en el continente americano
Este aporte por parte de los bibliófilos hay que valorarlo en su justa dimensión, como una joya preciosa, ya que en los actuales momentos, el libro tradicional de papel está siendo reemplazado por tecnologías digitales, que pueden hacerlos ver como jurásicos o en desuso
Pero no es así, los libros no han perdido vigencia, y son fuentes riquísimas de sabidurías. Apostamos a la digitalización, pero conviviendo a la vez con el libro tradicional
En esta feria, nos encontramos con títulos como “Los primeros turistas en Santo Domingo”, “Historia de la cuestión fronterizas domínico –haitiana”, “Haiti pueblo afroantillano”, “Colonia Judía de Sosúa”, “Los documentos básicos de la historia dominicana”, “Nación y ciudadano en la República Dominicana”, “Los Responsables”, “La poesía folklórica en la República Dominicana”, “Navarijo” de Francisco E. Moscoso Puello”, entre otros
Me detengo en Navarijo, porque es un libro interesante, publicado por primera vez en 1956 en Ciudad Trujillo, hoy Santo Domingo, donde se puede leer cómo el doctor Moscoso Puello describe aquella sociedad de finales del siglo XIX, su pensar, costumbre, hasta la genealogía de la ciudad de Santo Domingo de la época de Conchoprimo
También nos encontramos varios libro raros, entre ellos uno que data de 1892, está escrito en una lengua de raíz latina, por lo que pudimos ver, pero no se sabe cuál exactamente; Respondía por nombre “Le líure de la Dyalce” (El libro de la casa). Según nos dijeron iban a conseguir los datos
Un libro es raro cuando en su primera impresión, por ejemplo, imprimieron 10 ejemplares y solo queda uno. Asimismo nos encontramos con una edición de 1887 de Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra, editado en Madrid, en tapa dura por Felipe Gonzalez Rojas
Exhortamos a la juventud a hurgar, buscar en los libros, una fuente esencial del saber; a los Bibliófilos que continúen haciendo esta actividad, esta feria que tiene un valor excepcional, digno de ser admirada y un encuentro intercultural provechoso
@RamonLoraR
