Hace unos años participé de una charla con un motivador norteamericano donde estableció que existen dos tipos de personas: los que dan y los que quitan. Comparto su opinión, de un lado están algunos que exhiben conductas en las que o siempre buscan su beneficio o no facilitan ni cooperan en nada con los demás, o en la que todo es para ellos y nada para los demás. Con algunos es el tiempo, donde te lo agotan sin pensar en ti, otros en obtener prebendas cueste lo que cueste y otros en energía para lo que quieren lograr. En otro plano, los que dan y en su justo equilibrio reciben.
Lo triste es que si esos que quitan no hacen cambio de actitud, y los que están a su alrededor se dan cuenta, terminan rehuyéndoles y se quedan solos. Es como comenta un empresario y escritor italiano a quien tuve la oportunidad de conocer, se convierten en depredadores. Al sentirse tan merecedores al final se convierten en ladrones de energía, de lugar y de lo material.
Sería oportuno preguntarnos en qué lugar estamos en este momento, si damos, cómo lo hacemos y cómo estamos recibiendo.