El gobierno actual, ya no tan nuevo, debe enfrentar ahora los siguientes 100 días, que serán mucho más cruciales; ya están los felices nombrados, la mayoría posesionados, y la luna de miel mediática se agotó.
Viene ahora la gestión del nuevo Presupuesto, responsabilidad completa de los actuales mandatarios.
Serán días más difíciles ya que la población se muestra cada vez con mayores signos de agotamiento del encierro obligado precautorio que impuso esta pandemia, que por más vacunas que se anuncien, aún está lejos de solucionarse.
Por ello la continuidad de las ayudas económicas serán de nuevo requeridas, aunque cada vez más difícil es prolongar, lo que a su vez pudiera crear mayores inconformidades entre sus beneficiarios.
Las amplias promesas de obras efectuadas a lo largo de los primeros meses de gobierno tendrán que mostrar algunos avances, como el caso de la Autopista Duarte; inicio de obras tendrá que replicarse a lo largo de todo el territorio nacional como se ha ofertado y promocionado en bien logrados actos públicos.
Está llegando el momento de arrancar obras prometidas como las de Barahona o Manzanillo, entre muchas otras.
Otro tema es la reactivación del turismo, que como ha anunciado uno de los líderes empresariales del sector, se supone será a partir del verano próximo, sujeto a la aplicación exitosa de las esperadas vacunas anti Covid entre gran parte de la población mundial que nos visita, algo aún muy incierto.
A esto se le une el compromiso de lograr un pacto fiscal y otro de carácter energético, lo cual supondrá una confrontación de grandes intereses que deberán armonizarse si se ha de llegar a dichos acuerdos.
En fin, una luna de miel que parece las circunstancias obligará a concluir para adentrarse en la difícil tarea de gobernar en estos tiempos tan inciertos, en los cuales todos queremos los mayores éxitos en la gobernanza, para el bien colectivo.