Los problemas ecológicos y medioambientales constituyen algunos de los más grandes retos que tiene por delante el país, aunque eso no parece estar en la agenda de prioridades de los partidos políticos, a juzgar por lo poco que hacen para proteger nuestros recursos naturales cuando llegan al gobierno.
Sus líderes apenas mencionan la necesidad de proteger el medio ambiente, porque saben que el aporte de muchos recursos internacionales está condicionado a que los gobiernos dispongan de partidas razonables para enfrentar el creciente deterioro de los recursos naturales y hacer más respirable el entorno en que vivimos.
Pero, además, esa posición es una forma de “estar a tono” con la denominada “globalización”, que parece arroparlo todo.
Gobiernos van y Gobiernos vienen y sus funcionarios teorizan acerca de los problemas ecológicos y ambientales del país, pero sus acciones y los aportes económicos que se requieren para enfrentarlos se tornan prácticamente nulos, puesto que los presupuestos asignados son mayormente empleados para mantener una excesiva burocracia, parasitaria en algunos casos, que más bien constituye un obstáculo que conspira contra la ecología y el medio ambiente.
Entretanto, avanzan la deforestación y la desertificación, desaparecen numerosos ríos, escorrentías y arroyos, manantiales y humedales, todos fundamentales para la vida de los seres humanos, animales y aves.
En la República Dominicana hemos hecho muy poco para afrontar el cambio climático, que es la modificación del clima con respecto al historial climático a una escala global o regional.
Estamos destruyendo nuestros bosques y dañando la capa freática de los ríos debido a la extracción indiscriminada de materiales. Si continuamos a ese ritmo, un día llegará en que no tendremos agua.
Entonces nos lamentaremos de los daños causados a los bosques y los ríos, que deberíamos proteger a toda costa.