La Asociación de Cronistas Deportivos de Santo Domingo (ACD) recién entregó premios a los miembros que la actual directiva entendió como los más destacados de 2020 y 2021 y entre asistentes como ausentes en el acto quedó la nebulosa de en cuáles renglones se otorgó la mayoría de los galardonados.
Excepto los elegidos como “Cronista del Año” global en uno y otro periodo, que quedaron bien delimitados durante la ceremonia realizada en el auditorio de Pabellón de la Fama y como tal se entendió en las diferentes manifestaciones comunicativas que se hicieron públicas, nadie se enteró en qué se premió a cada uno de los restantes.
La duda queda porque no se especificó, reiteramos, las especialidades y porque se entregaron estatuillas, por el mismo año, a colegas que realizan las mismas actividades en medios escritos, noticiosos de radio y TV o como directores de comunicación de equipos del béisbol invernal.
Es preciso aclarar que no restamos méritos a nadie ni en lo personal nos afecta a quiénes premiaran o no, porque en estos momentos no podríamos ser nominados en ningún renglón que entre en competencia.
Personalmente, nos preocupa mantener la credibilidad y en lo institucional, que la ACD sea manejada con diafanidad. No somos de aquellos que, cuando los reconocen, los premios de la ACD son lo mejor, pero le restan validez si no los premian. Eso se llama mezquindad.
Cuando se nos abrió la puerta a la membresía de la ACD, a mediados de la década de 1980, solo se premiaban los renglones en Prensa escrita, Radio y TV. De esos tres se escogía uno como el Cronista del Año. Más adelante se dio cabida a los reporteros gráficos y camarógrafos.
Luego se agregaron otros renglones, como Editor Deportivo, Columnista, el Premio Cuqui Córdova (para quienes publicaron libros) y otros que fueron eliminados. Más adelante se dio paso a una premiación reducida y sin especificaciones, más el consabido Cronista del Año.
De esto pecó la actual directiva, que dio continuidad a lo heredado, sin reparar en la disfunción. Y al aumentar el número de premiados, incrementó la nebulosa de en qué especialidad se reconoce a cada individuo. De la manera en que se procede arroja dudas de si se premia por amiguismo o se responde a las presiones de quienes han hecho costumbre hacerlas.
También faltó comunión entre la pasada directiva y la actual para darle a la ACD un carácter de institucionalidad. Resulta que para la premiación de 2020 (malograda por la pandemia de covid-19) se entregó comunicaciones a varios colegas, anunciándoles que serían objeto de un homenaje. Eso se pasó por alto. Y no debió pasar.
Para que no se crean suspicacias, creemos que la ACD debe volver al sistema de nominaciones por especialidades del quehacer periodístico; y que en la próxima entrega se honren los homenajes que comunicó la anterior directiva. Que todo sea por la transparencia en la Asociación de Cronistas Deportivos de Santo Domingo.