La abundancia más que una realidad material es una consciencia. La mayoría que no disfruta de una posición holgada económicamente tiene creencias ancestrales que refuerzan la idea de que la “riqueza” es mala. Es como una posición sostenida de que aquellos que disfrutan una buena fortuna son los malos por sus posesiones. Aunque en el fondo lo que existe es un deseo de obtener eso que otros tienen en abundancia.
El lenguaje es el primer enemigo de la consciencia de abundancia. Vas a una tienda acompañado de alguien y te diriges a los escaparates de mercancía lujosa y lo primero que te dice es “pues tú eres rico”, si te das un gusto extra de algo costoso, se repite la frase y si externas un pensamiento de algo grandioso que te gustaría conseguir, la otra frase es “sigue soñando”.
La consciencia de abundancia, que no es más que sentirse merecedor, te permite acceder a los regalos que la vida tiene para ti, que pueden llegar de todas las maneras, porque como decía Benjamín Franklin “Rico no es el que tiene riqueza, sino el que la disfruta”. Pero esta actitud necesita de nuestra fe, constancia, sobretodo de creer en nosotros.
Ver más allá del tema dinero y sentirse abundante, en el Universo todo está para nosotros y hay para todos. Crecer cada día en sabiduría está a nuestro alcance. Las posibilidades son infinitas y lo que percibimos como una realidad puede cambiar en cualquier momento.“Reconocer todo lo bueno que ya tienes en la vida es la base de la abundancia”, afirma Eckhart Tolle.
Todo lo que el Infinito tiene es para ti.