Estamos en un transitar de experiencias, no siempre conscientes de evolucionar. Muchas veces sin cuestionarnos y otras tantas simplemente, reaccionando.
Unos en el eterno mote de “malos o verdugos” , de otro lado, se aprende la compasión; otros “los buenos” y del otro lado se aprende la humildad , la vulnerabilidad y a perdonar cuando nos equivocamos. Otros tantos las “víctimas” y la contraparte de ver más allá , de trascender hacia el amor propio. Y así vamos oscilando entre uno y otro. Algunos permanecen representando un solo personaje abandonando el Ser y con la eterna máscara.
Cada experiencia es única e irrepetible, no las vivimos todas en igual medida, pero sí es posible abrazarlas y seguir más allá, sintiendo en cada poro la emoción sin dejarnos consumir por ellas.