Es cierto, la República Dominicana de este 2014 que recién comienza, no es la misma en la que 42 años antes, Bienvenido Leal Prandy, Amaury Germán Aristy, Virgilio Perdomo Pérez y Ulises Cerón Polanco, perdieran la vida en el hecho que la historia recoge como el de la Resistencia Heroica, combatiendo el régimen de Joaquín Balaguer. Pero también es verdad, que en el tránsito de esos 42 años no hemos hecho mucho para concretizar las metas que éstos, y muchos otros jóvenes se plantearan para con el país.
La gran hazaña de los Comandos de la Resistencia, no fue solo el hecho de resistir por más de 15 horas continuas la envestida de miles de efectivos de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional en la cercanías del Km 14 de las Américas, con toda la parafernalia militar que esto implica, si no también la militancia política y el compromiso que se hicieron ante ellos mismos y los demás. El único pago que ellos estaban esperando por la acción que emprendieron, primero en el 14 de Junio, en Abril del 65, y luego en los Comandos, no era otro que el poder aportar a abrir las grandes alamedas por donde caminen los nuevos hombres y mujeres constructores del porvenir.
La deuda social está ahí acumulándose cada día más como muestra de las necesarias transformaciones que requiere el país. La corrupción, el narcotráfico, el deterior del sistema de salud pública, la necesaria reformulación de la educación, las debilidades de la justicia, la carencia de trabajos dignos, la desigual distribución de la riqueza, como lo injusto del sistema tributario, donde unos pocos, propietarios de las mayores fortunas del país, evaden y pagan poco, mientras las grandes mayoría, son las que absorben los golpes. Es solo un poco del inventario de problemas que debemos enfrentar, si queremos retomar las tareas de Amaury y los demás jóvenes que le acompañaron.
Y todo eso pasa por la recuperación de la política, de la confianza y de la fe en un proyecto colectivo, como país. Vencer la apatía y la vergüenza que tenemos y nos recorre el cuerpo social en los 48 mil km2 de esta media isla. Pero la política, en serio, no la de los números fríos, los Pica Pollos, el markentig y los votos, que se echan, pero que no eligen.
Lo esencial, para ir apuntalando los cimientos del bienestar colectivo y la salud de toda la nación. Salir a la calle, es lo básico, romper el miedo y sacar el tiempo, puesto que por los senderos que caminamos, el tiempo que no aportemos hoy, no lo tendremos mañana. Pensemos en construir para el futuro, que es los que nos toca, como lo hicieron Los Palmeros, cuando abonaron con su sangre nuestra libertad.
Franiel Genao