Las sociedades que no valoran en su justa dimensión a hombres y mujeres que contribuyen a su desarrollo, social y económico, están indefectiblemente condenadas al fracaso
En República Dominicana, si se hace un recuento histórico de los grandes ignorados, habría que llegar a la lastimera conclusión que está en los primeros lugares del “ranking” de los olvidadizos.
Hasta al propio Juan Pablo Duarte, cuyo legado para la formación de la patria fue fundamental, se le reconocieron sus aportes muchos años después de su muerte.
Otro caso, aunque no en la misma dimensión, es el del teniente Amado García Guerrero, héroe del ajusticiamiento del tirano Rafael Trujillo, recordado hoy por la designación de un “callejón” denominado avenida, repleto de vendedores ambulantes y basura.
En el deporte se dan decenas de casos de atletas ignorados por completo, bajo alegatos sin ningún fundamento.
Ahora muchos olvidan los aportes que en términos recreativos y hasta deportivos realizó durante décadas el luchador Jack Veneno, con los espectáculos de lucha libre en el Parque Hostos, en especial por su programa de televisión.
No hay un solo dominicanos de 30 años o más de edad que no conozca o le diera seguimiento a Jack Veneno, quien hoy vive momentos aciagos, por una terrible enfermedad que también lo ha dejado prácticamente en la ruina económica.
Entonces, es de justicia que el gobierno de Danilo Medina le dé la mano para evitar que se cometa otra gran injusticia con un dominicano que contribuyó a la alegría de millones de sus compatriotas. ¡ Manos a la obra!