José Miguel de la Rosa
Los modelos de éxitos en nuestra sociedad han ido evolucionando con los nuevos tiempos, y se han puesto a la par con todas las cosas arrastradas por las modernidades a las que tenemos acceso, sean favorables o no.
De repente, muchos pasaron de querer ir a la universidad a convertirse en profesional para luego poder ayudar a su familia, casi siempre motivado por el anhelo de hacerle la casa a la vieja (mamá), a ser víctimas del discurso de los que a boca llena pregonan que no hay que estudiar para hacer dinero, porque ellos están mejor que la mayoría de los que han estudiado.
Si claro, tienen razón y la bendición de que han podido prosperar sin estudiar, gracias a algunas habilidades desarrolladas que les permite aprovechar las herramientas que han traído consigo las nuevas tecnologías, que son la principal fuente de “enriquecimiento” rápido y fácil para muchos, ya sea haciendo música y todo lo relacionado con esa industria, que sin dudas ha sido de buen provecho para una gran cantidad de jóvenes.
Otras modalidades que han dejado buenos beneficios a quienes se involucran, son el Instagram, una red social utilizada de muchas maneras, como hacer negocios para comercializar cualquier tipo de bienes y servicios, para estafar y hasta para venderse a sí mismo, como mercancía sexual.
Y si seguimos enumerando, podemos mencionar el Onlyfan, una plataforma de contenido para adultos que tiene a muchas mujeres y hombres millonarios, según dicen y exhiben. La clonación de tarjetas, con los famosos ‘chisperos’, a los que les fue tan bien durante la pandemia, que se encargaron de llenar las calles de unos determinados vehículos que se convirtieron en un distintivo para esos “emprendedores”.
Y así hay una serie de actividades, sin dejar de mencionar al padrino del barrio, CEO del punto de drogas, y al influencer de mala influencia, que se han convertido en ídolos a seguir por jóvenes que ven en su entorno a algunos que les va muy bien y son los modelos que cada vez se vuelven más atractivos, por el desmedido interés de generar riquezas.
Esos son partes de los modelos al que muchos están poniendo la miranda, solo enfocados en lo que parece fácil, pero sin el conocimiento de que el dinero sin educación, puede ser un arma que lleve al autosuicidio.
