David Alvarez
Es un hecho de que la incursión israelí en la Franja de Gaza ha provocado un genocidio, donde los más afectados son civiles, especialmente niños.
Pero también es un hecho que el grupo Hamás ha usado la población civil como escudos humanos y lanzado cohetes sobre Israel desde casas y escuelas.
Ambos, lo repito, ambos son responsables de las muertes que ya casi superan las mil víctimas. Frente a las victimas, ambos son asesinos, tanto el gobierno israelí, como el grupo Hamás.
No lo son los israelís, muchos de los cuales protestan por esta acción militar, ni lo son los palestinos que son rehenes de grupos políticos radicales.
Las victimas no pueden ser usadas también como armas para justifica la acción de unos y otros.
Es maniqueo, al extremo criminal, justificar las acciones emprendidas por el gobierno israelí contra la población palestina, como las acciones contra la población israelí de Hamás. Ninguno tiene la razón y las victimas son el mejor rasero para establecer la insesatez de esta guerra.
Los niños palestinos e israelies merecen vivir en paz, recibir alimentos y educación, crecer en un mundo seguro y que les permita ser ciudadanos útiles en sus respectivos Estados.
El dolor generado por esta guerra alienta el miedo y el odio de futuras generaciones de palestinos e israelies, con lo que el círculo de violencia se perpetua. ¡Basta ya! Que cese la guerra y que el respeto por la vida y seguridad de ambos pueblos sea el vector de la paz.
