Los lingotes son un secreto muy bien guardado en la mina de Barrick Gold

Los lingotes son un secreto muy bien guardado en la mina de Barrick Gold

Los lingotes son un secreto muy bien guardado en la mina de  Barrick Gold

La planta para el tratamiento del agua utilizada en la parte industrial de la mina aparta el lodo y lo pone en cola. Fuente externa

Pueblo Viejo, Sánchez Ramírez.-Parece más fácil encontrarse un lagarto, una rana o una jutía en la operación minera de la Barrick Gold aquí en Pueblo Viejo, que andar de arriba abajo, a lo largo y lo ancho del área de explotación y tropezarse con un pedazo de oro.

Cuando uno pasa la vista por el área de donde se saca en estos días tierra y piedra a cielo abierto también le puede quedar la impresión de que los trabajadores mineros se las pasan en esta tarea en turnos circulares todos los días de la semana sin nunca haberse topado con un pedazo de oro.

Los periodistas y los mineros se tomaron esta foto con la presa de colas El Llagal detrás.

Para el sentido común la persona que más debe de saber de oro en la mina entera debe de ser la presidente de la Barrick Gold Pueblo viejo, Juana Barceló, pero bien visto, ni ella debe de haber tenido nunca en sus manos una pepita de oro de la más importante operación minera con la que cuenta el país al día de hoy.

Con un pequeño canto de sabrá Dios cual roca en las manos, se le preguntó a la alta ejecutiva si era posible hallar en aquella piedrecita así fuera una micra de oro y respondió con un “quizás tenga algo de mineral”, como lo hubiera hecho cualquier otro minero.

Mucha seguridad
Era sábado y los periodistas asistíamos a un recorrido que empezó a las 8:00 de la mañana en una puerta de acceso —Casa Amarilla le dicen ellos— con tantos controles de seguridad como los aplicados en los aeropuertos después de los ataques de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas, y concluyó a las 2:00 de la tarde con tanta información sobre la mina, procedimientos de seguridad, cuidado del medioambiente y rigor técnico, que uno se siente tentado de preguntarse por qué no se están explotando todas las minas de oro y otros minerales presentes en el país, si es perfectamente posible hacer una operación segura, limpia y exitosa.

Pero cuidado, la fiebre de oro existe, y es posible que la atmósfera de la mina, el trajín de los trabajadores y la ordenada obra de personas, máquinas y software, hayan afectado el espíritu crítico.

Antes de cruzar por aquellos pasos de acceso habían sido recabados los datos personales del invitado y sus acompañantes e información sobre la aplicación de vacunas contra el covid, todo con mucho celo, y uno puede pensar que es la manera que tienen de asegurarse de que nadie entre allí con un pequeño pico disimulado en la ropa para escarbar en la mina y que al salir no se lleve un eventual pedazo de oro.

¿Dónde están las pepitas?
El visitante puede esforzarse cuanto quiera, pero no verá oro, sólo grandes volquetas cargadas de piedras vulgares dentro de las cuales debe de ir el mineral en tan pequeñas cantidades que si una roca se cae en el camino nadie irá a recogerla para completar un lingote de doré, compuesto de oro y plata después de moler toneladas, toneladas y toneladas de piedras con sulfuros, y con estos, mierdécimas de estos minerales que terminan en un molde como producto final de una operación económica, técnica y humana que deja, además, montañas de escombros y lodo.

¡Lodo, sí, mucho lodo que debe ser depositado en algún lugar! A este residuo de la operación minera se le da un nombre que causa curiosidad: Cola. Así le dicen los mineros, y de allí viene a ser “presa de colas” el lugar a donde los dirigen para dejarlos depositados, sacarles el agua y reciclarla.

El cianuro
Cuando se le pregunta a la señora Barceló si estos lodos contienen cianuro asegura que no, y da una explicación que no será traída a estas notas porque acaso desborde el espacio y porque hasta este momento la única fuente de la verdad son sus palabras.

Dijo, sin embargo, y esto si qué es crucial para la empresa que más impuestos paga al Estado —según sus palabras—, que la apertura de una nueva presa de colas es imprescindible para la ampliación de las operaciones de Barrick Gold Pueblo Viejo y garantizar la sostenibilidad en la mina.

Visto así, la Administración del Estado tiene también en sus manos un quebradero de cabeza.

Dos jutías

— Y un lagarto
Un par de jutías encontradas en una área de la mina son el objeto de gran atención en Pueblo Viejo y una amplia investigación determinó que el lagarto de Samaná medra desde aquella provincia hasta el parque Aniana Vargas.

El poder en Pueblo Viejo tiene sorpresas
Ambiente. Es posible encontrar lagartos, ranas y jutías en medio del área de explotación de una mina. Por lo menos es lo que dice Pilar Calderón, la bióloga que lidera a más de 50 empleados de un departamento de Barrick Gold Pueblo Viejo.

Y si las cosas con como ella las cuenta, tienen un poder enorme en la mina. Por lo menos suficiente para detener la operación de las maquinas porque ha sido hallado el nido de un “tijí”, como le dicen en el Este del país a un avecilla de peculiar chillido y porte endeble que pone sus huevos en los pedregales.

O que ha sido paralizada la remoción de una palmera porque encontraron en su copa unos nidos con huevos y deben nacer los pollitos .