El líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente surcoreano, Moon Jae-in, celebraron hoy su primera reunión en el marco de la cumbre de tres días que ambos celebran en Pioyang.
Seúl.- El líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente surcoreano, Moon Jae-in, celebraron hoy su primera reunión en el marco de la cumbre de tres días que ambos celebran en Pioyang, informó el Gobierno surcoreano.
Además de los dos líderes, asistieron por parte surcoreana el director de la Oficina de Seguridad Nacional, Chung Eui-yong, y el responsable de inteligencia, Suh Hoon, explicó un portavoz de Seúl.
La delegación norcoreana la completaron el homólogo de Suh, Kim Yong-chol, y la vicedirectora de propaganda y agitación del Partido de los Trabajadores y hermana del líder, Kim Yo-jong.
La presencia de Chung y Suh, figuras clave en la intermediación con Washington, así como de Kim Yong-chol (que viajó a EEUU este año) y Kim Yo-jong, considerada mano derecha de su hermano, apunta a que ambas partes han abordado la necesidad de desatascar el diálogo entre el régimen y Estados Unidos sobre desnuclearización.
La reunión, cuyo contenido no se ha revelado oficialmente, arrancó a las 15.45 hora local (6.45 GMT) en la sede del Comité Central del Partido de los Trabajadores, donde Kim Jong-un ya recibió en dos ocasiones a una delegación sureña en la que se integraban Chung y Suh, y en otras dos ocasiones al secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo.
Se espera que esta cumbre, la tercera que han mantenido este año Moon y Kim, sirva para solventar las diferencias entre Pionyang y Washington sobre desnuclearización.
Las dos anteriores citas intercoreanas de abril y mayo ayudaron a que se celebrara la cumbre entre Kim y el presidente de EEUU, Donald Trump, de Singapur en junio, en la que ambas partes acordaron trabajar para la desnuclearización del régimen garantizando al mismo tiempo la supervivencia de éste.
Sin embargo, los avances han sido escasos en los últimos meses ante las divergencias de Washington y Pionyang. Corea del Norte pide avances en la firma de un tratado de paz, mientras que EEUU considera que necesita más garantías de que el régimen va a abandonar su programa nuclear antes de rubricar un acuerdo de este tipo.