Santo Domingo.-Los kilométricos tapones vehiculares en avenidas y calles del Gran Santo Domingo parecen no tener dolientes, como tampoco soluciones inmediatas.
La tensión que viven cada día los conductores ante el desorden del tránsito, retrata una ciudad carente de autoridades y falta de coordinación para mejorar la movilidad.
Basta una mirada en las principales arterias para constatar cómo están limitadas por todo tipo de obstáculos que reducen los carriles para los vehículos, además de las imprudencias cometidas por gente que al aorillarse en cualquier tramo o empresas que bloquean el paso descargando mercancías hasta en las horas picos, aun cuando las señales se lo prohíben.
Ejemplos de esas situaciones son las emblemática avenida Duarte de norte a sur; la José Martí y muchas otras vías perpendiculares de ese entorno, donde las importadoras colocan carpas y maniquíes como si las aceras y parte de su calzada frontal les perteneciera.
El fenómeno se registra por igual en el pujante sector de Villa Consuelo y ensanche La Fe, donde los talleres y un viejo plan de estacionamiento perpendicular mantienen congestionadas las calles.
“Es preocupante porque ya no se limitan a las llamadas horas pico, son en todo momento en lo que respecta al Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo Este, y esos congestionamientos generan pérdidas económicas significativas porque reducen el tiempo productivo y aumentan costos operativos para las empresas”, opinó Miguel Jiménez, presidente de la Fundación Movilidad Vial Dominicana (Movido) y coordinador general de la Coalición Vial RD.
Citó entre otros aspectos negativos, que aumentan el estrés y la frustración; el nivel contaminación por las emisiones de gases que restan calidad al aire y aumentan los problemas respiratorios y lo peor, contribuyen a mayor riesgo de accidentes y dificultan el acceso rápido de los servicios de emergencia”, reaccionó Jiménez.
Ante lo caótico que se ha vuelto la ciudad, la Federación Nacional de Trabajadores del Transporte Social Cristianos, adelantó que contempla reducir el número de viajes de su flotilla de carros y minibuses por el alto consumo de combustible.
Cuello de botella
— Puntos críticos
Entre los puntos actuales de mayor complicación está el trébol del kilómetro 9 por los trabajos de ampliación; la entrada del desnivel de la 27 de Febrero, limitada por igual motivo, y el malecón, reducido por montaje de tarima de desfile.