Lady Reyes, directora de Encuentros Interactivos.
En tiempos marcados por la prisa, compromisos interminables, carga laboral, tráfico infernal, tapones a diestra y siniestra y el ruido constante del día a día, los encuentros navideños con amigos y familiares es una tradición que no debemos perder.
Sin importar la locura de las calles y nuestra resistencia a trasladarnos por el insufrible y caótico tránsito, las reuniones navideñas son un recordatorio de lo que verdaderamente importa: celebrar la vida, compartir abrazos sinceros y fortalecer los lazos que nos sostienen en los momentos más importantes. Estos espacios, donde el brindis y la risa son protagonistas, nos llenan de alegría y renuevan.
Cada sonrisa compartida, cada deseo de ‘feliz Navidad’ y cada anécdota revivida, sin importar si es almuerzo o fiesta, nos ayuda a recargar las pilas emocionales, a abrazar a quienes no vemos durante todo el año, y es que somos seres de conexiones.
Cuando nos damos la oportunidad, esos momentos nos reconfortan y preparan para enfrentar un nuevo año con esperanza y energía renovada.
Aunque a veces, puedo confesar, que me cuesta un poco y me resisto por el trabajo y los tapones, la invitación a estas reuniones nos permite hacer un alto en el camino y celebrar. Son instantes que nos recuerdan la importancia de mirar la vida con gratitud y ver el futuro con ilusión, acompañados por quienes comparten nuestras luchas y celebran nuestros logros.
En estos círculos de amigos, familia, compañeros de trabajo y colegas de profesión, recibimos no sólo el cariño de quienes nos rodean, sino también los mejores deseos para el siguiente año. Nos conectan con nuestra esencia y con quienes forman parte de nuestro viaje.
Que no se pierda la tradición de reunirnos en estas festividades. Que el agradecimiento, el abrazo y la risa sigan siendo el lenguaje universal de estas fechas.
Al final, la Navidad no está en los adornos ni los banquetes, están en las personas que la hacen especial. Celebremos, conectemos y recarguemos con el amor y calidez de los que forman parte de nuestro círculo.
