Varias personas acuden a un colegio electoral para ejercer su derecho al voto durante las elecciones parlamentarias en Schiermonnikoog (Holanda).
La Haya.- Los holandeses votaban el miércoles en centros de votación de todo el país, en unas elecciones parlamentarias consideradas un posible indicador de la fortaleza del populismo de ultraderecha antes de los próximos comicios en Francia y Alemania.
Las encuestan dan a Mark Rutte, del partido de derechas VVD y que busca su tercer mandato como primer ministro, como favorito.
El legislador Geert Wilders, candidato del antiislamista Partido por la Libertad, le seguiría de cerca como el segundo más votado.
Wilders votó al inicio de la mañana en medio de una estrecha seguridad y con una atención mediática sin precedentes en un barrio moderno a las afueras de La Haya.
El candidato se mostró confiado en que sea cual sea el resultado de los comicios, la política populista que representan él y otros legisladores europeos ha llegado para quedarse.
“El genio no volverá a la lámpara. La gente no se siente representada”, dijo prediciendo que esto se demostrará también en las elecciones de Francia y Alemania.
“Pese a lo que quiere la élite, se están fortaleciendo políticos que tienen un concepto totalmente diferente de lo que la gente quiere que hagan”, dijo.
Rutte planteó la votación como una elección entre la continuidad y el caos, presentándose a sí mismo como el custodio de la recuperación económica de esta nación de 17 millones de habitantes y describiendo a Wilder como un radical de ultraderecha que no estaría preparado para tomar las difíciles decisiones que implica el cargo.
Wilders tiene pocas posibilidades de gobernar un país donde el sistema de representación proporcional del voto prácticamente garantiza gobiernos de coalición. Todos los partidos tradicionales, incluido el VVD de Rutte, han descartado trabajar con él.
El programa electoral de Wilders, que se reduce a una página, incluye promesas de cerrar las fronteras a migrantes de países musulmanes, cerrar mezquitas y prohibir el Corán, así como sacar a Holanda de la Unión Europea.
Los últimos días de campaña se vieron relegados a un segundo plano por una crisis diplomática entre Holanda Turquía por la decisión holandesa de impedir que dos ministros turcos participaran en actos de campaña para un referendo en Turquía.
En la votación del mes que viene se decidirá si se amplían las competencias del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan.
En la disputa, Rutte ha dado la imagen de que se resiste a la presión externa, una postura que tiene un apoyo generalizado en el país.
“Es mi labor mantener al país a salvo y estable y tratar con esta clase de personas”, dijo Rutte. Los 12,9 millones de votantes holandeses pueden votar hasta las 9 de la tarde (2000 GMT).
Tienen mucho donde elegir, con candidatos de 28 partidos en un fragmentado paisaje político. Dadas las previsiones de que el resultado sea muy ajustado, sólo una cosa parecía clara: las conversaciones para formar la próxima coalición de gobierno llevará un tiempo.
“La formación de coalición más larga fue de siete meses”, señaló el analista político de la Amsterdam Free University Andre Krouwel. “No me sorprendería si estos resultados llevan a una proceso de formación muy largo y complicado”.