El gobierno de Maduro cosecha los mayores disgustos de la población venezolana. La revolución bolivariana que empezó, justamente, con un golpe de Estado en 1992, ha terminado.
¿Por qué hay crisis política ahora en Venezuela? La revolución ha destruido la mitad de la economía, y Maduro ha cometido fraude en las elecciones; él espera gobernar para siempre, contrario al ideal democrático.
En el antes, las razones fueron el derrumbamiento financiero y económico del otrora mandatario Carlos Andrés Pérez, violentado en su mandato por las mismas razones que ahora los venezolanos quieren sacar a las autoridades.
Los golpistas alegaban lo insoportable para el país del sistema de subsidio, desprotección al consumo nacional y caos económico.
No hay por qué espantarse de que la reacción popular sea violenta e inmediata: también lo fue cuando empezó Chávez.
La Venezuela petrolera empezó en 1984, y ese poder financiero quedó concentrado en manos del Estado; pero igual, siempre ha sido un Estado rico y dispendioso, poblado de gente, mayoritariamente pobre y atrasada. Como en casi todos países de Latinoamérica, “en lugar de que el Estado dependiera de la nación, la nación empezó a depender del Estado”.
Las razones del golpe de Chávez fueron, entonces, la corrupción. Y de repetirse la historia, el pueblo ahora protesta por los males que estaría generando la corrupción no admitida, pero en este caso de los gobernantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), creado por Hugo Chávez Frías, en 2007.
Un factor que ha tenido en común las dos crisis políticas que mencionamos, es la desconfianza que produjeron los tribunales de justicia, los cuales represaron y quizás represan los intereses políticos y económicos de la clase política.
Algunos analistas que vieron la “insurrección militar del 4 de febrero de 1992”, más como un caso de intentona golpista, pueden reconocer ahora que los que desconocen a Maduro no se alzarán con el poder, sino que llamarán a elecciones libres y democráticas.
La inmensa mayoría del pueblo venezolano tiene sobradas razones para rebelarse y terminar un régimen de hambre, de políticas erradas y populistas. Aunque nadie las compare, las crisis políticas que se están dilucidando están marcadas por las peores formas de “aplicación de las medidas económicas”.
Qué va a ocurrir, pues, en las próximas horas y días, de la coyuntura que Venezuela tiene, por así decirlo, dos presidentes, pero que solo uno puede ser legítimo, conforme a la Constitución.
