Ayer nos llegó la información de que 92 atletas, entrenadores y personal del Comité Olímpico Dominicano (COD) que participaron en los XIX Juegos Bolivarianos Valledupar 2022, permanecían varados en Colombia por falta de diligencias para regresarlos al país.
Fue penoso saber que a esos dominicanos les dijeron ayer en la Villa que era el último día que recibirían el desayuno y que en lo adelante tendrían que buscar otro lugar para comer.
Mientras eso sucedía en Colombia con los dominicanos, tanto el ministro de Deportes, Francisco Camacho, y Antonio-Colín-Acosta, presidente del (COD), se tiraban la pelota de un lado para otro para reconocer a quien era que le correspondía resolver el problema a esos 92 dominicanos que estaban varados en Colombia. ¡cuánta irresponsabilidad!
Lo peor de todo lo hizo Miderec al enviar comunicado desmintiendo la situación, pero a la vez en la misma nota, reconocen que ayer traerían 50 atletas en un vuelo charter y que hoy traerían el último grupo de deportistas.
Todos esos inconvenientes se ocasionaron porque la delegación dominicana inicialmente fue aprobada para asistir con 278, sin embargo, Acosta en un desafío al Ministerio de Deportes y a Camacho lo elevó a más de 500.
Acosta, para ampliar la delegación supuestamente tomó un préstamo financiero, que al final lo tendrá que pagar Miderec, en una acción sin sentido, ya que la participación dominicana en esos juegos es invitacional y sólo Ecuestre era la única que clasificaba para los Juegos Centroamericanos y del Caribe, San Salvador 2023.
Es evidente que el interés de Acosta al elevar la cantidad de personas para los Bolivarianos era “doblarle el pulso” a Camacho y demostrarle que en el deporte nacional manda el COD, y que su campaña para seguir al frente de esa entidad no se la frena nadie.