Norman Vicent Peale, predicador y escritor estadounidense, afirmó: “El problema con la mayoría de nosotros es que preferimos ser arruinados por los elogios que salvados por las críticas”.
Este certero señalamiento del creador de la teoría del pensamiento positivo parecería una paradoja, aunque está lejos de serlo.
Amamos más el elogio porque elevan nuestro ego, sin comprender que este es como el fuego, que se apaga si se le echa agua en abundancia; pero se enardece con más viveza si la cantidad de ese líquido es insuficiente. Las críticas constructivas conducen al bien, los elogios, casi nunca siguen ese camino.