Presentación en rueda de prensa del Congreso Internacional 'Los franciscanos en la América hispana: revisión e interpretación del legado de los Doce Apóstoles de México'. EFE/Jero Morales
España.- La evangelización y la defensa de los derechos de los nativos marcaron la labor de los ‘Doce apóstoles de México’, franciscanos descalzos que hace 500 años salieron desde la región española Extremadura con rumbo a la entonces Nueva España, donde impulsaron la conservación de lenguas precolombinas y de culturas originarias.
Con motivo de este quinto centenario de su llegada a América, procedentes de un convento de la localidad española de Belvís de Monroy (oeste), la Fundación Academia Europea de Yuste y la Real Academia de Extremadura de la Letras y las Artes organizan un congreso internacional, presentado este miércoles en Mérida (España).
Del 21 al 26 de octubre, las localidades como Belvís de Monroy acogerán una veintena de ponencias y más de una decena de comunicaciones presentadas por expertos de universidades de México, España e Italia, así como de institutos de investigación histórica, entre ellos la Academia de la Historia de México.
Del convento partieron en 1524 doce frailes encabezados por fray Martín de Valencia -primera autoridad eclesiástica que llegó a lo que hoy es México-, que llegaron a Veracruz con una cédula expedida por Carlos V con el objetivo de convertir al cristianismo a la población indígena, pero también bajo la instrucción escrita de seguir las enseñanzas del Evangelio en cuanto al trato con los pobres y los necesitados.
En rueda de prensa, el director de la fundación, Juan Carlos Moreno, y la directora de la academia, María del Mar Lozano, remarcaron la labor de estos franciscanos como paradigma de humanismo universal y en defensa de la igualdad y dignidad humana frente a abusos de miembros de la comunidad española ya asentada y de caciques indígenas.
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En declaraciones a EFE, el profesor universitario Sixto Sánchez-Lauro explicó que “se enfrentaron a la aristocracia indígena y a las autoridades españolas” para defender los derechos de estos pueblos.
Sánchez-Lauro incidió en que estos religiosos tuvieron claro desde el primer momento que para evangelizar y para conocer la idiosincrasia de las sociedades indígenas lo primero era “aprender sus lenguas y sus culturas».
La proyección humanista y las denuncias que los franciscanos formularon ante las injusticias fomentaron una doctrina común y una normativa progresivamente protectora de los pueblos indígenas, lo que a su vez permitió crear mecanismos legales de exigencia de responsabilidad a los representantes de la Corona española.
Fuentes de la organización señalaron que si bien no es fácil determinar el número de franciscanos que participaron en la evangelización en América, los historiadores estiman que más de 2.700 de los 6.000 religiosos que desarrollaron su labor en el siglo XVI eran franciscanos.