5.-Búsqueda de los desaparecidos forzosos. La Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD) fue creada por el Acuerdo de Paz en Colombia (2016). Con la búsqueda de los desaparecidos surgen muchas interrogantes y el círculo de respuestas se cierra casi al punto de reclamar su memoria o “la restitución de sus cuerpos”.
El lema comúnmente utilizado por los pueblos es –y siempre ha sido–, “¿dónde están?” En la época de los 70, las policías latinoamericanas practicaron mucho las persecuciones y las ejecuciones extrajudiciales y habían abierto centros clandestinos de detención y de tortura; dos décadas después fueron conminadas a entrenamiento especial para la búsqueda de los desaparecidos y otras violaciones de derechos humanos.
Pero los sistemas de administración de justicia fueron los que causaron un gran número de estas violaciones de derechos humanos.
El 2002 cambió para bien la justicia procesal penal de nuestro país, aunque aumentó la prisión preventiva después de aquella reforma judicial, ya no se desaparecieron los detenidos en los centros de corrección penitenciarios.
No como en años anteriores: las cárceles dejaron de practicar la violencia dura y cerrada.
Los destacamentos policiales no podían ya extraer confesiones a la fuerza, ni interrogar sin la presencia de un abogado; se detuvo la cultura de la tortura y el encierro arbitrario dejó de existir. Esta violencia tenía un costo en las vidas humanas, y fue un factor de desapariciones forzadas.
Para buscar a un desaparecido de una u otra circunstancia policial o judicial, o por ser víctima de una violación de derechos humanos, los familiares acuden, en primer lugar, al abogado, porque este representa “un papel natural” en la defensa de los derechos humanos de las personas. El abogado presiona para que se investigue un caso, y exige las pruebas.
Se da cuenta de si las autoridades se mueven en un terreno firme, si conocen las leyes locales y comprenden la problemática.
Aunque sólo protestan, insisten en que se investigue el caso.
Creo que fue a partir de las ONG de las Asociaciones de Derechos Humanos, que ciertamente se produjeron la búsqueda de los desaparecidos forzosos. Se empezaron a tomar fotografías, se incorporaron los científicos forenses.
En Argentina, en 1984, surgió el Equipo de Antropólogos Forenses, bajo las órdenes del maestro texano Clyde Snow, quien los formó en Guatemala, El Salvador y en el Perú.
Los antropólogos forenses fueron los primeros en llevar a cabo investigaciones de violaciones de derechos humanos. Gracias a ellos se desarrollaron la medicina legal, la genética, bioarqueología, la odontología, la psiquiatría y la psicología forenses, y sus informes contribuyeron enormemente a la Corte Interamericana de Derecho Humanos, con sede en Costa Rica.
El lugar determinado para fortalecer las pruebas se llama INACIF, esto representa un crimen continuado, mientras no se restablezca el destino de la víctima.
Esta misma Corte de Derechos Humanos ha condenado a Honduras (1981) por el delito de la desaparición forzosa, al practicarlo de manera deliberada, imponiendo indemnizaciones para ser pagadas a los familiares de las víctimas; el resto de países, en variadas y de forma desbocada y brutal se ejecutaron, enterraron en fosas y asesinaron civiles; hoy hay manifestaciones por los normalistas de Ayotzinapa, de México, ligada al crimen organizado.