Gobernar nuestro país significa actuar siempre en pro del bien común, sobre todo frente a las circunstancias que de manera constante se presentan, así como procurar los cambios estructurales que implican lograr esta finalidad. Hemos vivido circunstancias como la pandemia, guerra en el oriente europeo, y más reciente la situación con el vecino país de Haití.
La circunstancia económica más reciente lo representa la nueva volatilidad de precios de los hidrocarburos en el mercado mundial. El actual presupuesto vislumbra como base un precio de US$77.30 el barril, un valor ajustado en la revisión del presupuesto de medio año.
Sin embargo, en las últimas semanas estamos viviendo nuevas alzas, al punto que en la actualidad está superando el precio de US$90.00 el barril.
Estas alzas en los precios implican un enorme sacrificio fiscal para el Estado el cual procura mantener cierta estabilidad en los precios actuales.
En la actualidad los subsidios de los combustibles están representando en promedio unos RD$600 millones semanales.
Esta cantidad impresionante de dinero está obligando al Gobierno a replantearse importantes partidas de recursos que de otro modo estarían destinados a los gastos de capital con el subsecuente estímulo al crecimiento económico.
Por el otro lado están los desafíos coyunturales, como es el caso de la electricidad, cuya raíz del problema radica en el desastroso desempeño de las distribuidoras eléctricas.
Cabe destacar que las pérdidas técnicas y no técnicas de las compañías de distribución promediaron el 39.2 %, su mayor nivel desde 2012. Muchas investigaciones divulgadas han mostrado que la mayoría de las pérdidas de electricidad se originan en los circuitos informarles, la ausencia de mediciones y la normalización del consumo no autorizados.
Gobernar es un constante equilibrio entre circunstancias y coyunturas. Las circunstancias se enfrentan con acciones puntuales como ha sido el subsidio a los combustibles, pero las coyunturas con cambios estructurales. Si los futuros gobernantes desean cumplir un mínimo de sus promesas, que se preparen a romper paradigmas, implementar cambios y reducir el agujero eléctrico de la generación eléctrica para aliviar el sangramiento del presupuesto nacional.