Los debates realizados recientemente por diversos grupos económicos, empresariales y medios de comunicación pasarán a la historia política del país debido a su valioso aporte al fortalecimiento de la democracia. Es crucial seguir fomentando el intercambio de ideas y propuestas para el beneficio de nuestra nación.
Representar un electorado implica asegurar que cada idea o intervención refleje la voz y los problemas fundamentales de las comunidades, así como los temas gruesos de crecimiento y desarrollo del pueblo dominicano. Los debates son un ejercicio democrático que ponen en primer plano las propuestas de los candidatos y sus estructuras políticas alrededor de la visión de país que se quiere. Un debate nos aleja de la política cotidiana vernácula, marcada por vallas publicitarias, afiches y eslóganes vacíos, y nos sitúa en el corazón del intercambio de ideas, donde podemos exponer, refutar y defender posturas ante diferentes exponentes.
Otro hecho que logran los debates es el aporte que hacen los medios de comunicación integrando sus plataformas comunicacionales y sus equipos periodísticos para que los votantes tengan la oportunidad de valorar lo que dicen y hacen los candidatos, es decir poner en relieve las palabras y los hechos.
Este ejercicio debemos saludarlo y democratizarlo por los amplios beneficios a la exposición de las ideas, el compromiso de las instituciones y los actores políticos frente al electorado. Es fundamental integrar los debates como parte intrínseca de nuestra cultura política, y eventualmente, se deberían incluir como una obligación legal en la ley electoral para que todos los candidatos y candidatas participen en ellos.