Celos amorosos. Emoción que surge de querer poseer en exclusiva a la persona amada. Estos se basan en el miedo a la pérdida real o imaginaria del amado o a una amenaza basada en la sospecha de que la pareja prefiera a alguien más.
Desde el punto de vista antropológico y basado en la psicología evolucionista clásica, los celos son un fenómeno universal propio de la especie humana, diferenciándose por los géneros y entendiendo que en la mujer son motivados por la infidelidad física, mientras que en el hombre la motivación sería infidelidad emocional.
La realidad es que todo celoso siente miedo de perder su posesión y que hemos normativizado los celos principalmente con expresiones como que si no nos celan no nos aman o que los celos son muestras de amor y afecto, siendo estos solo desconfianza, inseguridad, exagerado sentido de pertenencia y frecuentemente dependencia emocional de la pareja.
La línea entre celos “normales” y celos patológicos (celotipia) es muy difusa.
El celoso es un enfermo. Vive en un estado permanente de infelicidad y angustia, llevando este estado a violencia de pareja e intrafamiliar, afectación de los hijos, terminando frecuentemente en tragedia.
Para prevenir es importante fomentar en la pareja el respeto, la confianza, la empatía, la complicidad, reforzar la comunicación adecuada (cotidiana y sexual) y la seguridad ante todo.
Los padres criar hijos con valores reforzando su autoestima, enseñándoles a ser tolerantes y respetuosos y seguros.
Si es celoso, busque ayuda.