El celo es un estado emotivo ansioso que padece una persona. Este estado se caracteriza por el miedo ante la posibilidad de perder lo que se posee o se considera que se tiene.

Los celos son emociones que frecuentemente constituyen un mecanismo de defensa por medio del cual protegemos a otras personas o se protege uno mismo de los demás y generalmente son el resultado de una predisposición o un evento que lo desencadena.

Existen celos entre los miembros de la pareja, entre los hijos o celos infantiles, en el mundo laboral, entre amigos.

En torno a los celos infantiles es importante mencionar los que se manifiestan en los hijos tras el nacimiento de un nuevo hermano.

Se les llama los celos de Caín, en referencia a la Biblia en la situación de Caín y Abel. Por lo que es importante trabajar a los niños desde que se conoce el embarazo de la madre.

En torno a los celos laborales debemos destacar que los de este tipo son profesionales desconfiados, muy competitivos, con baja autoestima, generalmente enmascarada con autosuficiencia, y baja inteligencia emocional.

Las personas celosas, en sentido general, son muy ansiosas, apasionadas, están afectadas en su equilibrio emocional, carecen de confianza en sí mismos, son inseguros, tienen necesidad de ser estimados y reconocidos siempre, demandantes en demasía.

Una pequeña dosis de celos es una respuesta emocional normal, sentirlos de manera exagerada o descontrolada los convierte en patológicos.