La sorpresiva designación de Kelvin Cruz como ministro de Deportes atrapó a muchos “asando batatas”, ya que el incumbente anterior Francisco Camacho juraba y perjuraba que se mantendría en el puesto, por lo menos dos años más. Por esa razón, los “buitres” se durmieron en los laureles y al ver la decisión del presidente Luis Abinader quedaron ‘atolondrados’.
Luego de la designación de Cruz, por los alredores del Ministerio de Deportes (Miderec) se siente un ambiente confuso, donde todos los que hacen vida allí desconocen cuál será su futuro inmediato y están buscando por todos lados padrinos que les aseguren su permanencia.
En los corrillos de la institución se señala al dirigente Rafael Uribe, presidente de la Federación de Baloncesto, como principal “ancla”, por su cercanía con el nuevo ministro Cruz.
Es seguro que el teléfono de Uribe está siendo puesto a sonar más de lo acostumbrado y con frecuencia por números que desconoce.
Por cierto que Uribe es un dirigente que ha sido muy activo en las últimas gestiones de Miderec, aunque nunca con un rol tan protagónico como se ha observado en estos días, por lo que si no sabe manejarse puede “achicharrarse”.
Las expectativas con Cruz son muy altas y, por lo menos, su primera acción al ir a reunirse con los directivos de la Asociación de Cronistas Deportivos de Santo Domingo (ACD) envía un buen mensaje.
Los tiempos cambian y jamás debe dejarse acorralar por un “grupo minúsculo” que se ha beneficiado bastante de ese Ministerio y busca seguir haciéndolo.
La era digital permite la apertura, a través de las redes sociales, y todos somos importantes al momento de informar. En este tiempo es imposible, aunque sea a ‘papeletazos limpios’, callarlos a todos.
Kelvin tiene la ventaja de que no debe temerle a ningún sector, porque tiene poco que perder.