Un golpe bajo, en el mismo centro, recibieron comentaristas y narradores que laboran en el torneo de béisbol profesional, al ser acusados de que trabajan borrachos.
Y resulta extraño que ese informe haya sido emitido por la Comisión de Ética de la Liga, cuyos miembros, hasta prueba en contrario, han exhibido un comportamiento intachable.
Sin embargo, al acusar a narradores y comentaristas de trabajar “borrachos de alcohol” en las transmisiones, sin aportar pruebas, incurrieron en el error de que los metieron a todos en el expediente.
Los cronistas deportivos que trabajan para el béisbol son profesionales de primer nivel, que merecen el respeto de la Comisión de Ética y los demás organismos de la Liga.
Reitero, que lo peor es que por irresponsabilidad los colocaron a todos en el mismo saco.
Además, los cronistas que opinaron al respecto cayeron en un “gancho”, ya que nadie tiene que defenderse de una acusación sin fundamentos específicos.
También quedó suficientemente clara la falta de solidaridad que hay entre periodistas deportivos, que en momentos tan delicados se hicieron cómplices al publicar esta terrible denuncia.