Ayer mientras caminaba por el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte escuché a un connotado atleta gritar a todo pulmón: ¡Cuánta falta hace Jay Payano en el Ministerio de Deportes! No le pregunté al atleta la razón por la que exclamaba así, pero la realidad es que se veía muy incómodo y consternado, al parecer porque no consiguió lo que buscaba en Miderec.
La realidad es que la gestión de Francisco Camacho, fácilmente concluirá como una de las peores en el Ministerio de Deportes.
El peor testimonio lo dará el trato que le ha dado a la atleta Marileidy Paulino, quien debió ser la principal cara de su gestión. Marileidy está compitiendo y ganando nuevamente en la Liga Diamante sin su entrenador, el cubano Yassel Pérez, a quien le prometieron ayudarle con el proceso de visado para acompañar a la atleta y no ha sucedido.
A esto se le suma la increíble falta de planificación y de apoyo a los atletas, y para rematar los pleitos que imperan entre los que deben colaborar para lograr una buena gestión en el Ministerio.
Durante el Clásico Mundial vi al ministro Camacho muy incómodo, porque el comisionado Nacional de Béisbol, Junior Noboa, incluyó al viceministro técnico de Miderec, Elvis Duarte, y al director de Inefi, Alberto Rodríguez, en el listado de los invitados del Gobierno.
Los mandó a sacar a ambos como si fuesen miembros de un partido de oposición. Aunque he visto a Duarte, a quien no conozco personalmente, pero siendo tan joven y llegar a ser viceministro, debe ser porque tiene un trabajo político trascendental, pero con ese maltrato no creo que trabajará con mucho gusto.
Con Alberto Rodríguez se sabe que la guerra es declarada a muerte. Alberto nunca ha negado su deseo de dirigir a Miderec y eso es un detonante de amargura para Camacho.