La decisión del defensor del FC Barcelona, Ronald Araujo, de pausar temporalmente su actividad profesional para recuperarse anímicamente ha vuelto a poner en primer plano un tema que ya dejó de ser tabú: la salud mental de los deportistas de alto rendimiento.
Su anuncio no es un caso aislado, sino parte de una ola de atletas que, en los últimos años, han reconocido públicamente la necesidad de detenerse para proteger su bienestar emocional.
La gimnasia, el baloncesto y el fútbol ya han registrado episodios similares que transformaron por completo la conversación social.
La estadounidense Simone Biles, el español Ricky Rubio, Andrés Iniesta y Álvaro Morata son algunos de los deportistas que han desnudado sus batallas internas, generando un impacto inédito: normalizar que también en la élite se sufre, se colapsa y se necesita ayuda.
Lea también: Por temor a ser llamados "locos" muchas personas evitan ir al psiquiatra
“Antes que atletas, somos personas”
Aunque en el caso de Araujo no han trascendido los motivos específicos que lo llevaron a apartarse para recuperarse emocionalmente, el gesto se suma a otros testimonios que han marcado un punto de inflexión en la narrativa del deporte moderno
Simone Biles: un mensaje mundial desde Tokio 2020
La retirada de Simone Biles de varias pruebas en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 fue un antes y un después.
“Antes que atletas, somos personas”, ha repetido desde entonces, insistiendo en la importancia de romper el estigma sobre la salud mental.
La gimnasta confesó sufrir ansiedad y una desconexión entre mente y cuerpo que impedía competir con seguridad.
Ricky Rubio: del silencio a la confesión más dura
En agosto de 2023, el baloncestista español anunció que pausaba su carrera para cuidar su salud mental.
Meses después relató en una entrevista televisiva cómo la presión, el sacrificio de su adolescencia y la exigencia de la NBA lo llevaron a un punto límite: “No tuve adolescencia… No lo estaba pasando bien. Había noches en las que pensé: yo no quiero seguir con la vida”.
Rubio explicó que durante años ocultó emociones por miedo a mostrar vulnerabilidad en un ambiente donde todo “debía ser perfecto”.
Andrés Iniesta: “La mente también juega”
El exfutbolista del FC Barcelona ha abordado abiertamente la depresión que sufrió en pleno éxito deportivo.
En su libro La mente también juega, detalla cómo llegó un momento en que sintió que “no podía seguir así” y buscó ayuda.
Asegura que el acompañamiento de su entorno, especialmente de Pep Guardiola, fue determinante para recuperarse.
Álvaro Morata: miedo, pánico y pensamientos autodestructivos
En 2024, el delantero español reveló problemas de depresión y ataques de pánico.
En un documental reciente, describe con crudeza la etapa en la cual su mente se convirtió en su peor rival:
“Tenía miedo de todo… Pensamientos horribles, autodestructivos. Incluso imaginé simular lesiones para no tener que jugar. Era como estar en una habitación negra donde todos me miraban”.
Un mensaje que se repite: detenerse también es competir
El caso de Ronald Araujo se suma a una conversación global que ya no puede ignorarse. Deportistas de élite están demostrando que pedir ayuda, frenar a tiempo y priorizar la salud mental no es señal de debilidad, sino un acto de valentía que está cambiando la cultura del deporte.
Hoy, cada vez más instituciones deportivas, aficionados y medios de comunicación reconocen que la mente también compite, también se lesiona y también necesita sanar.
