Washington.- La luna de miel entre Donald Trump y el mundo empresarial se interrumpió tras la reacción considerada inadecuada del presidente estadounidense a la violencia en Charlottesville, lo que incitó a grandes empresarios a abandonar los consejos asesores del mandatario.
La elección hace nueve meses de un empresario al frente de la Casa Blanca suscitó el entusiasmo de numerosos ejecutivos, pero cuando Trump puso al mismo nivel a militantes de extrema derecha y contra-manifestantes en los enfrentamientos que causaron la muerte de una mujer el sábado en Virginia, algunos de ellos le dieron la espalda.
El presidente ejecutivo del gigante farmacéutico Merck, Kenneth Frazier, inició la rebelión dando un portazo el lunes en el Consejo de industria estadounidense. Fue seguido rápidamente por Kevin Plank, presidente de la marca de artículos deportivos de moda Under Armour, y por Brian Krzanich, presidente del gigante de los chips informáticos Intel.
El sindicalismo también expresó su indignación, con la renuncia del presidente de la principal central del país, la AFL-CIO, Richard Trumka, quien también integraba el grupo de consejeros de Trump en temas industriales. Trump ya había sufrido la deserción de prominentes empresarios tras anunciar el 1 de junio el retiro de Estados Unidos del Acuerdo de París.