Los anuncios del gobierno por un lado y la realidad por otra

Los anuncios del gobierno por un lado y la realidad por otra

Los anuncios del gobierno por un lado y la realidad por otra

Jesús Díaz

Ante la preocupante situación  que vivimos los dominicanos en cada rincón de esta media isla, y ante la pandemia del Covid-19 que afecta a diversas naciones, nuestros  viejos problemas se agravan cada día más.

Nuestra realidad social y humana, la que ha presentado el presidente Danilo Medina cada 27 de febrero, es muy diferente a la del día a día del ciudadano común que sale de sus hogares por necesidad  de sobrevivencia ante un sistema desigual que el propio Estado ha configurado.

Durante años, diversos sectores pidieron al gobierno  otorgar el 5% del PIB al sector salud y mejorar las condiciones laborales y económicas tanto de médicos, enfermeras y personal de apoyo, pero las autoridades hicieron caso omiso a un clamor de sectores organizados y sectores populares.

Y es que la realidad nuestra de mucha pobreza y  calamidad se convierte en el factor que pasa por un problema de fondo tanto en lo sanitario, económico, político y social, sobre todo porque el partido gobernante en su manejo, los  planes preventivos y  operativos  brillan por su ausencia.

Si notamos los hechos en las praxis, el propio gobierno del presidente Medina no cuenta con más autoridad que la militar y policial para imponer orden en  un Estado donde el desorden es la pauta de las instituciones públicas. Su capacidad por demostrar el manejo de la crisis  no es tangible por sus acciones poco creíbles y sus inconductas  cuestionadas a diario.

Y es tan cuestionado que solo en la provincia Duarte donde se concentra uno de los mayores focos de la enfermedad  Covid-19, el candidato presidencial del partido gobernante, Gonzalo Castillo, hace lo que ni el mismo gobierno central puede hacer: suplir de alimentos, guantes, mascarillas y medicamentos a la ciudadanía y las instituciones de salud.

Democratizar el manejo de esta situación no es la principal idea del partido oficialista, quien es el que dirige  la política sanitaria del país en estos momentos, no involucran acciones locales porque le ponen el componente partidario y sacar provecho político y económico, estuvieron tan lejos que ahora pretenden vender su candidato y su partido como cercanos y auto suficientes.

El presidente Medina y la cúpula del PLD están obligados a democratizar  el manejo  de la crisis y que ésta no puede ser individual, sino mediante un acuerdo nacional donde prevalezca la salud de los ciudadanos y no el interés económico.



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