Los años 4/una década sin ‘back to back’

Los años 4/una década sin ‘back to back’

Los años 4/una década sin ‘back to back’

Dimaggio Abreu.

Desde que se juega pelota otoño invernal con el inicio de la era de las luces (1955), los Tigres del Licey se han coronado cada año que termina en 4. Como contraparte, ningún club ha repetido título desde que lo lograron los Leones del Escogido (2011-12, 2012-13), como consecuencia del equilibrio que ha traído consigo la aplicación por la LIDOM del Sorteo de Novatos desde 2001.

Estas premisas pueden tomarse como punto de partida para elucubrar sobre las aspiraciones de los seis equipos a levantar el trofeo del certamen 2023-24 que despega este jueves 19 en honor a la reconocida dama de la crónica deportiva, Onfalia Morillo.

Los felinos como campeones reinantes les viene bien pensar en que tienen el carril de dentro en su intención de reeditar la surrealista historia de ganar los años 4 de cada década, lo que le serviría para romper la racha de la liga de que no se repiten diademas seguidas desde hace una década.

En la tesitura contraria (que haya un nuevo campeón) están los melenudos, el de mayor tiempo sin ganar (2015-16), más tres temporadas corridas sin que se clasifique al Round Robin que sirve de semifinal. Son los mismos anhelos de las Águilas Cibaeñas, Gigantes del Cibao, Toros del Este y Estrellas Orientales, cada uno de los cuales parecen preparados a conciencia en busca del objetivo.

Los Tigres necesitarán otro gran año de su capitán Emilio Bonifacio, como cabeza de un núcleo con una dualidad: veteranos que no jugaron mucho en verano o lo hicieron en México como Danny Santana, Mel Rojas Jr, Dawel Lugo, que se complementarían con el adquirido Domingo Leyba y un Ramón Hernández que debe probar que lo del año pasado no fue casualidad. Si consiguen la integración en algún momento de tipos como Ellis de la Cruz y Ronny Mauricio aspirarán a lo grande.

En la era de Ángel Ovalles como gerente, las Águilas se han agenciado el personal criollo e importado para competir por lo más alto. Para comenzar cuentan con tres receptores que conocen la liga en Francisco Peña, Julio Rodríguez y Carlos Paulino. Con Juan Lagares, Alexander Canario, Andretty Cordero y Ramón Torres, junto a unos cubanos entre los importados, de ofensiva y lanzadores, garantizan un alto estándar de competencia.

Decidido a reivindicarse de su mala racha, el Escogido se alimentó de la agencia libre y los cambios para presentar un equipo solvente, donde priman los Junior Lake, Orlando Calixte, Wendell Rijo, Jason Asencio, que junto al capitán Jimmy Paredes, Franmil Reyes, Erick González y José Marmolejos forman un núcleo duro desde el principio para estar en los primeros lugares.

Las Estrellas no parecen el equipo desintegrado -que proclamaban muchos- por la pérdida en la agencia libre de Junior Lake, Gustavo Núñez y otros. El equipo luce bien con elementos de la talla de Vidal Brujan y Lewin Díaz, respaldados por una carga de juventud en Wilfred Veras, José Tena, Ángel Martínez, Eguy Rosario, Rodolfo Durán y la garantía de al menos 20 juegos de Fernando Tatis Jr. más otros que se agregarían para dar la batalla por la clasificación.

En una entrega anterior nos referimos a los Gigantes del Cibao, nucleados con Hansel Alberto, Kevin Gutiérrez, Leury García, Moisés Sierra, Carlos Peguero y compañía, que incluye al importado Henry Urrutia para arrancar con buen pie en busca de clasificarse y pelear por el título.

Los Toros fue el equipo más lanzado en la agencia libre y tenidos como los que no puede fallar. De inicio van al rodeo con Aneury Tavárez, Yermín Mercedes, Enmanuel Valdez, Webster Rivas, Ronny Simón, Jonathan Clase, Ronny Rodríguez, Juan Francisco, el capitán Cristian Adames y mucho más.

Todos los equipos anuncian propuestas interesantes para reforzar al personal criollo de ofensiva citado y con mayor énfasis el aspecto pitcheo para dar una batalla que se antoja férrea y equilibrada.

Llegarán más lejos los que puedan agregar a mitad de campaña a jugadores de alto nivel y prospectos de nuevo cuño con rendimiento insospechado, que permitan revalidar o impedir que un equipo siga ganando en los años que terminan en 4 o que se mantenga la dinámica de una década sin que ningún equipo se corone back to back”.