CRONICAS CIUDADANAS
“Ama hasta que te duela. Si te duele es buena señal.”
Madre Teresa de Calcuta
Al filo de la madrugada, como un dulce duende con faldas anchas, bajo la neblina larga de su calle Salomé Ureña, Doña Manuela comenzaba a remenear muebles, a buscar cortinas, mientras la madrugada le consultaba como quería el día siguiente: sus eternos 12 de enero.
Madonna de la rebeldía silente y garganta en cuello, sus movimientos comenzaban temprano, la madrugada húmeda, entonces le regalaba un gran día con sol, gigante brillo que algo especial esperaba.
Aquel ritual, era su fuente de vida y energía, para que cada año pasara.
Ella se lo tomaba en serio, pero no siempre hablaba de los hechos, otros y otras en el furor y ajetreo de la organización del ágape, le rememoraban…
Madonna de lágrimas, como puentes de nubes volando en su sangre, de madre herida, para siempre…
En la madrugada de ayer volví a escuchar esos ruidos, destemplados, con rostros del festejo del martirio y la sangre a mansalva. Escuché también el murmullo de siempre, dicho ya con normalidad y desconsuelo, a pesar de todo, como un largo eco que no se apaga nunca “: Los muchachos. Los muchachos. Los Muchachosssssss “… Manolita, has dejado huérfana toda una calle, un dolor que no cesa y un maldito silencio peor que tu propia muerte. Madonna de la rebeldía amorosa, cómo pesa este fardo amargo, invisible… (CFE)